Destruir los barcos condenaría a los emigrantes al infierno libio advierte Amnistía Internacional

Destruir los barcos condenaría a los emigrantes al infierno libio advierte Amnistía Internacional
Por Escarlata Sanchez
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Amnistía Internacional ha publicado un informe en el que denuncia las condiciones de vida de los emigrantes y refugiados en Libia. Estas personas son

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Amnistía Internacional ha publicado un informe en el que denuncia las condiciones de vida de los emigrantes y refugiados en Libia.

Estas personas son víctimas de torturas, violaciones sexuales y secuestros por parte de traficantes y contrabandistas. Además sufren la explotación, persecución religiosa y otros abusos de grupos armados y bandas de delincuentes.

El documento, titulado ‘Libya is full of cruelty’: Stories of abduction, sexual violence and abuse from migrants and refugees’ describe el horror y sufrimiento que padecen estas personas.

EU must ensure refugees & migrants fleeing conflict & humanrights abuses are NEVER pushed back to Libya. Read why: http://t.co/zOvTYtTza4

— AmnestyEurope (@amnestyeurope) May 11, 2015

Muchas de estos emigrantes y refugiados se ven impulsados a embarcarse en una peligrosa travesía marítima, poniendo así en riesgo sus vidas, en un intento desesperado por refugiarse en Europa.

Este informe denuncia también las violencias que se comenten en los centros de detención de emigrantes.

Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional describe así las terroríficas condiciones en las que viven estas personas debido no solo a la anarquía que reina en Libia y los conflictos armados que asolan al país: (…) “Es peligroso vivir hoy día en Libia. Al no tener a su alcance vías legales que les permitan escapar y buscar seguridad, estas personas no tienen más remedio que ponerse en manos de traficantes, que las extorsionan, las someten a abusos y las agreden sin piedad.”

Tras el naufragio frente a las costas libias
de un barco con emigrantes en el que murieron más de 800 personas el pasado 19 de abril, la UE estudia lanzar una misión contra las redes que trafican con emigrantes.

Una de las propuestas planteadas por la Comisión Europea es destruir los buques utilizados por las mafias para la travesía a través del Mediterráneo, sin embargo esto podría dejar atrapados a los refugiados y solicitantes de asilo en Libia, empeorando su sufrimiento.

El flujo de emigrantes que huyen de las guerras en Oriente Medio y África sigue incrementándose, y sin embargo las operaciones de búsqueda y rescate en Italia tienen menos medios de la UE.

Desde el pasado mes de junio la UE ha anunciado una serie de medidas que incluyen más fondos para las misiones de rescate y una ofensiva contra los contrabandistas.

El informe de Amnistía aparece justo antes de que Federica Mogherini, alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad se reúna con el Consejo de Seguridad de la ONU donde espera lograr el respaldo para una intervención internacional en Libia.

En Libia reina el caos desde que el ex líder Muammar Gaddafi fuera derrocado en 2011.

Más de medio centenar de personas han muerto en los alrededores de la ciudad libia de Bengasi en las últimas semanas, en enfrentamientos entre las fuerzas leales al gobierno de Libia y grupos islamistas.

¿Qué tipo de abusos sufren los emigrantes en Libia?

Amnistía Internacional ha recogido numerosos testimonios de emigrantes y que cruzaron el mar Mediterráneo entre agosto de 2014 y marzo de 2015.

Estas son algunas de sus historias.

Tortura

A Mohamed, un refugiado somalí, le hicieron prisionero los contrabandistas en el desierto de Libia.

“Entré en Libia a través del Sahara. Era muy peligroso, muchos murieron. En el desierto, los hombres libios nos sometieron a torturas y golpes con espadas, armas de fuego, piedras y fusiles Kalashnikov.”

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“Nos pegaban todos los días. A mí me rompieron un dedo y a un amigo mío le fracturaron el brazo. No podíamos escaparnos.”

“A mi amigo Mohamed que intentó huir, le mataron a tiros. A otro hombre le golpearon en la cabeza con una piedra y murió. No nos dabsn de comer ni de beber. Sólo una pequeña cantidad cada día. Así estuve un mes luego pagué y pude marcharme. El hermano de mi madre está en Holanda, fue él quien pagó.”

Violaciones en grupo

Una mujer nigeriana cuenta que fue violada al llegar a Sabha. Este es su testimonio a Amnistía: “Cinco chicos Asma (pandillas de jóvenes delincuentes armados) nos obligaron a mi marido y a mí a entrar en su coche. Nos llevaron a un lugar muy lejos de la ciudad en el desierto. Ataron de pies y manos a mi marido y me violaron ante sus ojos. Había once hombres en total, los cinco que nos obligaron a subir al coche y otros seis más que se les unieron más tarde en el desierto “.

Extorsión

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Un joven de 17 años de Costa de Marfil, cuenta que los contrabandistas le entregaron a un grupo de delincuentes poco después de llegar a Libia. Él estuvo en una casa durante cuatro meses y le daban de comer sólo una vez al día.

“Nos torturaban para obligarnos a llamar a nuestros familiares y extorsionarles dinero. Si usted no paga, no sale. A la mañana siguiente, el jefe nos dijo que nuestros familiares tenían que transferir el dinero de inmediato a su hermano en Ghana. Una vez que recibiera el dinero, nos liberarían. Le dije que yo no tenía ningún familiar, que todos habían muerto. Él respondió: “Pues vas a unirte con ellos, si no pagas”. Me puse a llorar, y entonces empezó a golpearme con un cinturón y el palo de una escoba. Otros detenidos trataron de intervenir, pero también fueron golpeados. La prisión está a cargo de los libios pero tienen ghaneses trabajando para ellos.”

Violaciones en centros de retención de emigrantes

Una mujer nigeriana contó a Amnistía Internacional cómo fue su detención en un centro para emigrantes en Sabratah:

“Estuve en la cárcel durante dos meses. Era una cárcel para mujeres, pero todos los guardias eran hombres. Por las noche, venían a nuestras habitaciones y trataban de dormir con nosotras. Algunas mujeres fueron violadas. Una mujer incluso se quedó embarazada tras ser violada. Nadie me ha tocado, porque yo estaba embarazada. Por eso decidí irme a Europa. Sufrí mucho en la cárcel.”

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“Una de las mujeres embarazadas murió allí, se llevaron su cuerpo, pero no sabemos exactamente lo que pasó. La golpearon en el estómago. Estaba embarazada de siete u ocho meses y falleció.”

“Durante el día, nos obligaban a salir de nuestras habitaciones para limpiar o cocinar. Nos manoseaban los pechos cuando estábamos trabajando. Y nos golpeaban si nos atrevíamos a gritar.”

Persecución religiosa

La población refugiada y migrante de religión cristiana corre especial peligro en Libia por parte de grupos armados que pretenden imponer su interpretación de la Ley Islámica.

Por motivos de religión, hostigan, secuestran, torturan o matan a personas de Nigeria, Eritrea, Etiopía y Egipto.

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Hace poco, unos 49 cristianos, en su mayoría de egipcios y etíopes, fueron decapitados y abatidos a tiros en tres ejecuciones sumarias masivas reivindicadas por el grupo autodenominado Estado Islámico (EI).

Evitar que la gente siga muriéndose ahogada en el Mediterráneo

Philip Luther cree que las autoridades libias deben poner fin de inmediato a su política de reclusión sistemática de personas refugiadas y migrantes exclusivamente por su condición migratoria.

Y prosigue : “Habría que tomar medidas para luchar contra el tráfico de personas, pero al mismo tiempo hay que facilitar rutas seguras para aquellas personas desesperadas por huir del conflicto en Libia.”

Egipto y Túnez han endurecido los controles fronterizos por temor a que el conflicto de Libia se extienda a sus territorios. Por ello no dejan pasar a los emigrantes y refugiados, cuyos pasaportes han sido con frecuencia robados o confiscados por traficantes, bandas de delincuentes o empleadores libios.

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Por eso, muchas veces no les queda otra opción para salir del país, que embarcarse en una peligrosa travesía con destino a Europa.

El mundo no puede seguir incumpliendo su obligación de ofrecer protección a las personas que huyen de estos atroces abusos, prosigue Philip Luther, quien considera que: “Los países vecinos, como Túnez y Egipto, deberían mantener abiertas las fronteras para garantizar que cualquier persona que huya de la violencia y de la persecución en Libia tenga a su disposición un refugio seguro.”

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