Orando en un profundo silencio únicamente perturbado por el oleaje. Así celebraron el inicio del Ramadán los más de 100 inmigrantes que ocupan las
Orando en un profundo silencio únicamente perturbado por el oleaje. Así celebraron el inicio del Ramadán los más de 100 inmigrantes que ocupan las orillas de la localidad italiana de Ventimiglia. Los hombres, en su mayoría procedentes de Eritrea, acampan en esa zona, a pocos metros de la frontera francesa, para protestar contra el gobierno galo, que les prohibió el paso al no tener un permiso legal de permanencia en la Unión Europea.
“En nuestro país incluso comer es muy difícil. Estoy intentando llamar a mi familia por el inicio del Ramadán. Durante esta época pedimos a Dios que nos ayude a cambiar nuestra situación”, dice un joven inmigrante de Darfur.
La obligación de ayuno, unida al intenso calor preocupa a los voluntarios de la Cruz Roja, que temen por la salud de los inmigrantes, a los que durante este tiempo han estado dando comida.
En los últimos días Francia y Austria intensificaron los controles fronterizos con respecto a los inmigrantes procedentes de Italia, obligándoles a retroceder.
En Ventimiglia también esperan pasar a Francia otros cerca de 300 africanos que pernoctan en la estación y en otro centro habilitado en las últimas horas.