El gobierno griego afronta su primera huelga desde que Syriza accedió al poder. Los trabajadores públicos han convocado un paro de 24 horas que
El gobierno griego afronta su primera huelga desde que Syriza accedió al poder. Los trabajadores públicos han convocado un paro de 24 horas que también han secundado algunos sectores privados, como el de las farmacias, a causa de las nuevas medidas de austeridad que hoy debe votar el Parlamento nacional. Además hay convocadas varias concentraciones para esta tarde en el centro de Atenas. El desánimo es generalizado.
“Las reformas pasarán el filtro parlamentario”, asegura Eleni, una trabajadora del sector privado de cuarenta y cinco años. “No hay otra opción. Evidentemente que la gente está furiosa, pero ya no está en nuestras manos. Las reformas se aprobarán por necesidad. Y por necesidad seguiremos pagando”.
“Tendremos que esperar”, se resigna Alexandra. “Una persona sola no puede arreglar en cinco meses un país que se ha destruido durante años. Nada de esto es nuevo ni ocurrió ayer”.
La situación es cada vez más delicada. En medio del corralito, muchos ya ni siquiera pueden sacar los sesenta euros diarios que permite el gobierno. Y deben conformarse con cincuenta porque los cajeros se están quedando sin billetes de veinte y diez euros.