El plan estadounidense más ambicioso en materia medioambiental

“El problema es urgente y no se puede mirar hacia otro lado; la mayor parte de emisiones de CO2 producidas por Estados Unidos, provienen de las centrales térmicas y eléctricas”. Es el mensaje que este domingo lanzaba Barack Obama en el último vídeo publicado por la Casa Blanca para sensibilizar a la población sobre el cambio climático en pleno debate sobre el “Plan de Energía Limpia”.
La versión definitiva de ese texto fija unos objetivos más ambiciosos aún que los recogidos en la versión inicial, redactada hace ahora un año. Con respecto a las cifras de 2005, el ejecutivo estadounidense pretende reducir las emisiones de CO2 un 32%. Y para ello, la utilización del carbón en el sector eléctrico debería caer del 39% que representaba en 2014, a un 27% en 2030; todo ello, según los cálculos de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente.
El otro gran objetivo es impulsar las energías renovables, principalmente la solar y la eólica, hasta que estas representen un 28% de las necesidades nacionales en 2030.
La batalla va a ser dura. El presidente tendrá que hacer frente a la firme oposición de un Congreso bajo control republicano, que agita recurrentemente el fantasma de la siempre temida subida de la factura eléctrica. Y además, al lobby de la industria del carbón, que piensa ya en oponerse al proyecto por la vía judicial.