La historia de una familia siria a su llegada a Alemania

Esta mujer siria y viuda ha cruzado el Mediterráneo junto a sus cuatro hijos. Ha atravesado Europa siguiendo la ruta de los Balcanes hasta llegar a Alemania, la tierra prometida.
Después de dos semanas en Berlín, les darán asilo en el centro de refugiados de Heidenau. Han pasado de la euforia a la decepción.
“Pensamos romper los papeles y hacer la aplicación de nuevo, desde el principio como otra gente está haciendo, pero no quiero hacer nada ilegal. Es nuestro destino, vamos a perseverar hasta que se nos conceda la residencia y podamos elegir un buen lugar para mis hijos, para los colegios y la universidad”, dice la madre siria, Jawla Kareem Habashieh.
El centro de acogida de Heidenau, cerca de Dresde, es uno de los más lúgubres y deprimentes del país. Mientras que Berlin cuenta con una gran comunidad árabe y mezquitas, la localidad de Heidenau ha sido escenario de numerosas manifestaciones xenófobas. El centro de refugiados fue atacado en varias ocasiones por militantes de la extrema derecha.
“La situación es insalubre, es un lugar cerrado sin ventanas. No es bueno para ningún ser humano estar aquí. Los baños compartidos están asquerosos, es muy desagradable y no hay suficientes. Solo hay cuatro para todos los hombres y mujeres que hay aquí, que creo que son 700 en total”, explica una refugiada siria.
El lugar es todo menos acogedor, rodeado por una valla metálica y protegido por la policía. Los niños, al menos, juegan sin miedo y peligros y ajenos a los problemas a su alrededor.