Polonia: solidaridad y reticencias ante la acogida de refugiados

Polonia: solidaridad y reticencias ante la acogida de refugiados
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Por Escarlata Sanchez
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Musulmanes en un país profundamente católico. Los tártaros viven en Polonia desde finales del siglo XIV. Esta mezquita, situada al noreste del país

Musulmanes en un país profundamente católico. Los tártaros viven en Polonia desde finales del siglo XIV.

Esta mezquita, situada al noreste del país, data del siglo XVIII y es un motivo de orgullo para los seis mil tártaros que se han integrado aquí perfectamente.

“Vivimos aquí desde hace más de 600 años, asegura Janusz Aleksandrowicz, el imán de la Mezquita de Kruszyniany. Aquí llevamos exactamente 300 años. Mi sangre está mezclada con sangre polaca porque los primeros colonos tártaros eran soldados, jóvenes soldados que fundaban familias con las jóvenes polacas. Ese es nuestro origen.”

Hoy, con la crisis de los refugiados en Europa y los temores que a veces despiertan la llegada de muchos migrantes, entre los que hay numerosos musulmanes, algunos tártaros temen que esto haga temblar los cimientos de una larga integración.

Dżenneta Bogdanowicz tiene un restaurante de comida tradicional tártara. Por lo general suele estar dispuesta a hablar, pero se ha vuelto reacia a las cámaras desde que hace poco recibió amenazas.

“Los tártaros se mezclaron rápidamente con la población de aquí, se adaptaron a las condiciones de vida, pero también a la religión dominante. Somos musulmanes, rezábamos en la mezquita y seguimos haciéndolo. Eso nunca ha molestado a nadie, porque es nuestro asunto y no ha sido algo que hayamos exhibido.”

En Polonia, igual que en toda Europa, la crisis de refugiados ha despertado tensiones y un acalorado debate sobre cuántos refugiados debe acoger cada país miembro de la UE.

Aquí también ha habido manifestaciones a favor y en contra, pero según las recientes encuestas dos tercios de la población polaca está en contra de la llegada de refugiados e inmigrantes.

El rechazo es aún más intenso en países como Hungría, la República Checa y Eslovaquia.

Pero,¿porqué en Polonia, una de las economías más estables de Europa y cuna del sindicato Solidarnosc, que significa solidaridad ?

Konstanty Gebert se unió a Solidarnosc en 1980. Hoy es periodista y miembro activo de la pequeña comunidad judía de Polonia.

Es muy crítico con la falta de solidaridad de Polonia hacia los refugiados. Pero recuerda también los sentimientos encontrados que inspira Europa.

“En todos nuestros países de Europa Central y Oriental consideramos de manera bastante legítima que fuimos traicionados al final de la guerra, que sufrimos por la paz y la tranquilidad de otros países; y que de alguna manera hay una deuda hacia nosotros. Eso era cierto a mediados de los años 80, pero ahora no. Desde entonces los demás países nos han ayudado mucho y ahora tenemos una deuda hacia ellos y podemos pagarla ayudando a otras personas. Pero ese punto de visto aún no ha calado entre la gente. El ciudadano medio de Polonia o de Hungría no considera que pertenezca a la Europa rica que debe ayudar al resto del mundo. Sino que se ven como pobres víctimas del comunismo y consideran que el mundo aún les debe ayudar. “

Polonia cuenta con once centros de acogida para refugiados como éste. En total acogen a unas 1.500 personas. Puede parecer poco para un país de 38 millones de habitantes.

Aquí la mayoría de los refugiados viene de Ucrania y de Chechenia. Reciben una ayuda de unos 50 euros al mes, pueden escolarizar a sus hijos, reciben clases gratuitas de polaco y tienen acceso a cuidados médicos.

Pavlo Tseona y su hija Natalia han encontrado solidaridad en Polonia.

“Vinimos de Ucrania hace ocho meses porque la situación allí era muy difícil, había bombardeos y mataban a la gente. Nuestras tres hijas vivían en el sótano. Después de eso, decidimos irnos de Mariúpol y venir a Polonia.”

“Echo de menos mi casa porque está muy lejos. Pero aquí estamos mejor. No hay guerra y mis padres ganan más que allí.”

Los ucranianos se integran fácilmente debido a los lazos históricos con Polonia. También aquí hay muchos chechenos de religión musulmana. Sea cual sea la confesión, Polonia trata de ayudar en primer lugar a los refugiados procedentes de los países de la antigua Unión Soviética.

“Llegamos de Chechenia hace unos tres años, hace dos años y medio, dice una refugiada chechena. Mi marido fue torturado y a nuestro hijo no le hemos vuelto a ver. Está desaparecido. Aquí en Polonia nos sentimos un poco más libres. Nos gusta la cultura y el respeto que la gente tiene por los demás y por nosotros.”

Achmed Tashaev se fue de Chechenia hace ocho meses. Dirige esta compañía de danza de jóvenes refugiados chechenos cuyo talento no ha pasado desapercibido en un famoso programa de televisión. Igual que sus piruetas, su integración es también un éxito.

Si Polonia es un país tan respetuoso y acogedor con los extranjeros, ¿por qué solo ha aceptado 7.000 inmigrantes para los próximos dos años? Algunos lo achacan a la situación económica.

“Si en Polonia hubiera buenas condiciones, las mismas condiciones sociales que en Alemania, Francia u otros países occidentales, quizá los polacos acogerían con más ganas a los refugiados.”

Otros también evocan el miedo a los extranjeros. Polonia es uno de los países más homogéneos de Europa con un 96% de polacos de orígen y un 94% católicos.

También existe el temor – justificado o no – de que puedan infiltrarse extremistas entre las miles de personas que buscan asilo en Europa.

Miriam Shaded es polaca de origen sirio. Dirije la Fundación Estera que ha ayudado a 55 familias cristianas a llegar a Polonia. Aunque la mitad se marcharon a Alemania en busca de mejores condiciones de vida, considera que a pesar de todo su misión ha sido un éxito.

“Cada familia fue aceptada por la sociedad, las iglesias, y la gente de buena voluntad que les ayudaron a encontrar trabajo aquí y a integrarse. Por supuesto, nadie quiere ayudar a gente que podría representar una amenaza para la población polaca como por ejemplo islamistas radicales.Puede haber personas que escondan su verdadera identidad: ya sabe, los islamistas allí, quieren tratar de imponer su religión a los cristianos y podemos suponer que tratarán de hacer lo mismo aquí en Europa.”

Esas inquietudes podrían alimentar aún más el debate sobre la acogida de refugiados en Europa y en Polonia. Sin embargo, tal como señala el imán Janusz Aleksandrowicz, la situación actual recuerda a la de los polacos que a lo largo de la Historia también tuvieron que dejar su país.

“Los refugiados suelen venir con niños. Son familias que huyen de la guerra y que tratan de salvar sus vidas, como antiguamente hicieron los polacos, no solo durante la guerra, sino también durante el estado de guerra, huían de Polonia. Buscaban un lugar donde pudieran vivir tranquilamente. Es también lo que ellos buscan.”

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