Héroe en Israel, villano en Estados Unidos… El espía judío estadounidense Jonathan Jay Pollard ha salido en libertad condicional tras pasar treinta años en prisión por haber vendido secretos militares al Gobierno israelí. El caso de este ex analista civil de la Armada ha sido una fuente constante de tensión entre ambos países, llegando incluso a frustrar acuerdos de paz. Estados Unidos considera imperdonable el delito de traición y ha desoído todas las peticiones de clemencia llegadas desde Israel.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no olvida los servicios prestados: “Le deseo mucha felicidad y paz en su primer Sabat en familia. Y que así sea el resto de su vida”, ha dicho en un mensaje televisado.
La Justicia estadounidense ha prohibido a Pollard, que tiene 60 años, abandonar el área de Nueva York, conceder entrevistas o utilizar internet. Por el momento, Obama ha desoído la petición de Netanyahu de que le permita vivir en Israel.