Molenbeek interpela el auge del yihadismo europeo

Molenbeek interpela el auge del yihadismo europeo
Por Valerie Zabriskie
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¿Quién es responsable de que Europa sea un rehén? En Bélgica hace un exámen de conciencia después de que se señale al país como caldo de cultivo para los yihadistas europeos.

Durante los últimos días, las imágenas de militares y policías en alerta máxima desplegados en las calles de la capital belga se han convertido en ordinarias.

Bruselas ha sido una ciudad paralizada durante varias jornadas, cuya seguridad no volverá a ser la misma. Desde los atentados de París, la tensión no ha dejado de crecer, dando prioridad a la prevención y la desconfianza.

“No había visto nunca mi ciudad así. No te imaginas nunca que habrá soldados corriendo en el lugar en el que vives. Cuando piensas en una ciudad bajo asedio, piensas en ciudades que están lejos, en países de Oriente Próximo, no en tu propio vecindario. Es muy raro. No sé a quien podemos echar la culpa. Es muy contradictorio, ¿cómo un par de personas pueden hacer rehén a todo un continente?”, explica Youssef Kobo, activista local.

¿Quién es responsable de que Europa sea un rehén? En Bélgica, se trata, una vez más, de un exámen de conciencia. Se señala a este país de 11 millones de habitantes como caldo de cultivo para los yihadistas y terroristas europeos.

Parte de los terroristas identificados que perpetraron los ataques de París eran los hermanos Salah y Brahim Abdeslam, ambos originarios de Molenbeek, un distrito al noroeste de la capital, muy cerca del centro de Bruselas, que empezó siendo un área industrial y de pequeños comerciantes. El cerebro del terror que se vivió en París, Abdelhamid Abaaoud, también era de Molenbeek.

Pero no son los únicos. Entre los intentos de atentados desde el pasado mes de agosto en un tren que iba a París, al museo judío de Bruselas y las bombas de Madrid en 2004, ha habido conexiones al distrito belga.

En cambio, para un ciudadano como Kobo, algunas de las acusaciones y de las referencias que se han realizado están fuera de lugar: “Molenbeek es también un lugar hundido en la pobreza, acosado por el paro, la discriminación, por la brutalidad de la policía y también por la política de ayuntamientos incompetentes. Muchos colectivos en Molenbeek se han quejado, han intentado resaltar estos temas: la pobreza, el paro y también la radicalización en la agenda política durante las últimas décadas; pero nadie ha escuchado. Todo el mundo miró hacia otra parte y ahora estamos pagando el precio de haber actuado así”.

La población inmigrante de Molenbeek data de los años sesenta, cuando una importante afluencia de, sobre todo, marroquíes, llegaron al distrito para trabajar en una ciudad a la que se apodó “el pequeño Manchester” por su intensa actividad industrial.

En la actualidad, la tasa de paro alcanza el 30%. Y algunos críticos aseguran que entre su población, de unos 90.000 habitantes, ha crecido la intolerancia hacia los no-musulmanes.

Pero, la gran preocupación es: ¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Por qué algunos de los 500 yihadistas belgas que se fueron a Siria procedían de Molenbeek o pasaron parte de su vida en la ciudad?

Thierry Limpens es un musulmán convertido además de profesor. Fue el director de la primera escuela musulmana de Molenbeek. Y asegura que hay que concentrarse en el 40% de la población de la ciudad es menor de 18 años: “Lo que observo desde hace 20 años es que los jóvenes, de lo que llamamos “el barrio”, están en las escuelas y cuando hay un problema mundial, como por ejemplo un ataque de Israel contra Palestina, les afecta mucho. Se sienten atacados, heridos. Es algo que ocurre con naturalidad. Se sienten a menudo en el punto de mira, estigmatizados, lo que provoca que en la escuela estén en un estado de permanente agitación. Es una generación de jóvenes que pasa mucho tiempo en sus habitaciones, conectados a Internet. Están radicalizándose en Molenbeek pero no sienten que forman parte de este lugar, no creen estar aquí. Su cabeza está en Siria. Se imaginan allí, y ya sabe que la propaganda siempre es atractiva. Muestra siempre el lado bueno”.

Younnes Delefortrie pasó algún tiempo en Molenbeek pero es de Amberes, la ciudad más poblada de Flandes, en el norte de Bélgica. Fue a Siria en 2013 y regresó seis semansa después por motivos familiares. Ex miembro de la organización radical Sharia4Belgium, disuelta en a finales de 2012; le condenaron a tres años de cárcel en suspendión. El líder de este grupo fue acusado de radicalizar a los jóvenes belgas y de enviarles a Siria.

Delefortie ha escrito un libro sobre su vida como yihadista, y muestra sin aparente arrepentimiento, las fotografías y documentación sobre su acercamiento a la yihad. En cambio. Así explica lo que opina sobre los ataques de Paris del pasado 13 de noviembre: “No soy responsable de los actos de otros. No soy responsable de que se haya derramado sangre en todas partes del mundo. Los chavales que vinieron aquí para atacar a lo que en los medios de comunicación se llama “gente inocente”, vinieron por una razón. La razón es que se está atacando a la gente en el mundo islámico, en Siria, Iraq, Mali, en cualquier país en los que, por el momento, Francia ha metido sus manos y sus armas. Vienen para vengarse. ¿Es algo bueno? No digo que lo sea, porque, como dije, derramar sangre es derramar sangre, pero debemos entener que no ha ocurrido sin más. Si no que ha pasado por una razón concreta”.

Viernes, día principal del rezo en la Gran Mezquita de Bruselas, es un momento de recogimiento y de reflexión para la población musulmana belga (casi al medio millón de personas), para pensar cómo se ha llegado a este punto: unos pocos radicales convertidos en terroristas usando el Islam como pretexto.

De hecho, la Gran Mezquita de Bruselas ha sido criticada por haber sido fundada por Arabia Saudí, la cuna del wahabismo, otra interpretación radical de la religión musulmana.

Después de haber condenado los atentados de París, los líderes musulmanes belgas explicaron que su comunidad no tolerará lo inaceptable. El imán principal, que lleva 11 años en el país, prefiere hablar en árabe para evitar malinterpretaciones por su nivel de francés.

Pero, para el sheij Abdelhadi Sewif el problema principal no es Arabia Saudí o su lenguaje, sino la falta de comunicación: “Si hubiesen entendido el islam no habrían cometido nunca esos actos. Hoy, el problema real es que existe gente sin escrúpulos en el seno de la comunidad musulmana”.

“Visité Molembeek, fuí a varias mezquitas del distrito, y he dirigido algunas veces la oración en Molembeek, aconsejándo a los jóvenes del lugar y de otros distritos que mantengan el islam moderado y tolerante. Hay excepciones. porque es cierto que la mayoría no se informan a través de las instituciones religiosas reconocidas oficialmente, un factor que todo el mundo debería tener en cuenta, sino que se informan a través de las páginas de internet. No aceptan mis consejos, ni los consejos de los otros imanes porque consideran que son ideas envevenadas, porque yo, para ellos, no soy musulmán. Todos los imanes de Belgica y yo mismo, a sus ojos, no somos musulmanes”, añade el sheij Abdelhadi Sewif.

Para muchos belgas, dentro y fuera de la comunidad musulmana, entender de forma razonable, desgranar, porque su país ha producido o alberga a tantos yihadistas europeos llevará mucho tiempo.

“¿Te arrepientes de haber ido a Siria?”, pregunta Valerie Zabriskie, enviada especial de euronews a Bruselas a Younes Delefortrie: “No. Porque no hice nada malo allí. Quizás sólo pueda culparme a mi mismo por haber regresado, porque allí tenía una vida, y aquí lo único que hago es dar entrevistas y escribir un libro para intentar explicar mi postura. Intento ser feliz pero no es fácil porque mi esposa se siente rodeada por muchas fronteras”.

Capital de Bélgica y también de la Unión Europea, Bruselas es un objetivo significativo para los extremistas, quienes, por el momento, han aprovechado la apertura del país y su compleja distribución administrativa para organizarse.

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