El frío invierno amenaza la salud de miles de niños refugiados que se encuentran en algún punto de la llamada ruta de los Balcanes. La voz de alarma
El frío invierno amenaza la salud de miles de niños refugiados que se encuentran en algún punto de la llamada ruta de los Balcanes. La voz de alarma la ha dado Naciones Unidas ante la inminente llegada de un frente gélido que permanecerá en la región durante al menos dos semanas.
- “En Siria no teníamos que pensar mucho en el tiempo”, explica un refugiado. “Los niños lo están pasando mal por culpa del frío. Y además, han soportado un camino muy largo, desde Siria, hasta llegar aquí”.
También hay oscuras previsiones para los refugiados en el frente político. Un ministro alemán pidió el lunes a Angela Merkel que prepare un cierre de fronteras. El titular de exteriores, Frank-Walter Steinmeier, le ha respondido diciendo que esa medida no resolverá la crisis. “No podemos cerrar los ojos”, ha dicho. “Cerrar las fronteras no es una solución a los problemas”.
La política de puertas abiertas a los refugiados de la canciller alemana ha generado tensiones entre su correligionarios. “El término ‘cierre de las fronteras’ puede ser fácilmente malinterpretado”, se justificaba el ministro del interior de Baviera. “Nadie está hablando de un cierre total. Por supuesto, el tráfico económico continuará, seguirán las importaciones y exportaciones, el trafico del turismo de alta montaña en ambas direcciones”.
Un informe de Médicos Sin Fronteras alerta de que el cierre de fronteras y una política policial más dura solo servirá para reforzar el tráfico de hombres y animar a los refugiados a buscar vías alternativas para acceder a Europa.