La magia de Haendel en Montecarlo

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Por Escarlata Sanchez
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Esta es una de las más famosas arias de la música barroca; el cantante, conocido a nivel internacional es el contratenor Philippe Jaroussky. En una

Esta es una de las más famosas arias de la música barroca; el cantante, conocido a nivel internacional es el contratenor Philippe Jaroussky.

En una reciente gira interpretó “Alcina” de Haendel en la Ópera de Montecarlo.

Ottavio Dantone dirige su orquesta la Accademia Bizantina con un elenco de primera, en el que la soprano letona, Inga Kalna, en el papel de hechicera, que aseguró una memorable noche en la ópera.

El contratenor, Philippe Jaroussky, nos presenta a Ruggiero:

“Mi personaje Ruggiero posee todos los defectos que puede tener un hombre. Es un seductor, mentiroso y cobarde con las mujeres, y efectivamente, podríamos decir incluso que es un poco antipático. Pero, lo que va a revelarse a lo largo de toda la ópera, y eso es lo bonito del personaje de Ruggiero, es que tiene una dimensión muy poética y refinada.”

“Quería interpretar este personaje porque está lejos de las permanentes acrobacias vocales, más bien es algo muy puro. Y siempre me he sentido muy a gusto con ciertas arias de este personaje.”

El director de orquesta, Ottavio Dantone, siente en su batuta la respiración de este solista de lujo, libre y riguroso a la vez:

“Es evidente su musicalidad. Normalmente, la mayoría de los solistas esperan que la orquesta les siga, mientras que con él uno puede sentir su respiración y la libertad de su canto que se integra perfectamente en la música. Y esto es un gran regalo, porque significa que piensa la música no sólo como solista, sino como una parte del todo.”

Y el público, de ese modo, se integra también como parte del todo en la magia de Jaroussky.

“Quizá, para un cantante, la dificultad está en darse cuenta de que en vez de querer poner demasiadas intenciones o excesiva expresividad, antes que nada hay que cantar con humildad, exactamente lo que está escrito. Es verdad que trato de trabajar cada vez más este aspecto, es decir, hacer que resuenen esas notas en mí, pero sin pretender plasmar algo definitivo. Y además, intento dejar al público la posibilidad de interpretar por sí mismo otras cosas.”

Abrir la puerta y encontrarse con Haendel cara a cara… ¿Cómo se imagina Jaroussky el encuentro?

“Si Haendel llamara a mi puerta justo antes de un concierto, creo que tendría muchísimo miedo de cantar delante de él, porque se sabe que arremetía contra los cantantes. Así que me daría mucha pena que me dijera que mi forma de interpretar su música es desastrosa y que no le gusta nada en absoluto. Sin embargo, se sabe también que era un gran profesor. Así que, quizá lo mejor sería ir a tomar una cerveza con él y pedirle que me diera unas clases de canto con él al clavecín. ¡Me parece que eso sí que sería muy interesante!”

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