Prosiguen los traslados voluntarios del campamento griego de Idomeni

Desde la tarde del viernes solo se han llenado ocho de los 20 autobuses enviados por el Gobierno para evacuar a los refugiados y migrantes a centros de acogida organizados en el norte del país.
La mayoría de los voluntarios son familias con niños que aseguran no poder seguir soportando las críticas condiciones de vida y la creciente tensión en Idomeni. “Aquí hace frío. Estoy con mis siete hijos ¿qué puedo hacer con ellos? Queremos ir a un nuevo campamento porque nos han dicho que es mejor para los niños porque hace calor y hay baños”, declara este padre sirio.
Pero la mayoría de las más de 11.000 personas que acampan en Idomeni se niegan a abandonar el campamento, confiando en que las autoridades macedonias finalmente abran la frontera.
Mientras tanto, en la isla de Lesbos unos 1.100 refugiados y migrantes, entre ellos menores, se encuentran recluidos en el campamento de Moria, convertido en un centro de detención desde la entrada en vigor, el pasado día 20, del acuerdo entre Bruselas y Ankara que contempla su devolución forzosa a Turquía.
Un centenar de personas se han manifestado en Lesbos contra este plan con el que numerosas organizaciones humanitarias se han negado a colaborar al considerarlo ilegal e inhumano.