En el campo demócrata, los principales candidatos, Bernie Sanders y Hillary Clinton, se han enzarzado en un duro cruce de acusaciones. El senador
En el campo demócrata, los principales candidatos, Bernie Sanders y Hillary Clinton, se han enzarzado en un duro cruce de acusaciones.
El senador por Vermont ha arremetido contra la financiación de la campaña de la ex secretaria de Estado. “Según un análisis realizado por Greenpeace, la campaña de Hillary Clinton y su Super PAC han recibido más de cuatro millones y medio de dólares de la industria de combustibles fósiles”, denunciaba Sanders.
Indignada, Clinton ha asegurado que no aguanta la oleada de engaños con los que Sanders manipula a sus seguidores. En un mitin celebrado en Siracusa también ha arremetido contra los candidatos republicanos a los que ha acusado de tener un discurso ofensivo y peligroso. “No entienden que tengo un plan para vencer al Dáesh que requiere trabajar con otras naciones, incluidas las naciones musulmanas que deben formar parte de nuestra coalición”, aseguraba.
Entre los republicanos, las acusaciones también son la tónica, en una campaña en la que Donald Trump marca el paso con sus polémicas declaraciones.
En Pensilvania, John Kasich ha vuelto a cuestionar la dura retórica del magnate contra musulmanes e inmigrantes. “Creen que las cosas van a ir bien si la policía va a los barrios a sacar a la gente de sus casas para enviarles a la frontera cuando estamos hablando de once millones y medio de personas. ¿Os imagináis el trastorno que sería para el país?”, preguntaba.
Ajeno a las reacciones que provoca, Trump sigue generando polémicas. La última: defender que haya “algún castigo” para las mujeres que abortan. Unas declaraciones que han provocado una ola de indignación y críticas, y también la primera rectificación de Trump durante su campaña.
A través de un comunicado, el magnate se ha retractado y ha defendido que quien debe ser “legalmente responsable” es el médico y no la mujer.