Mientras se suceden los tributos al admirado Mohamed Alí dentro y fuera de Estados Unidos, vamos conociendo los testimonios de quienes le conocieron de…
Mientras se suceden los tributos al admirado Mohamed Alí dentro y fuera de Estados Unidos, vamos conociendo los testimonios de quienes le conocieron de cerca.
Como George Foreman, su rival en el combate más famoso de la historia del boxeo, la “rumble in the jungle” o “pelea en la selva”, de 1974 en Kinshasa. Alí le arrebató el título mundial por KO en el octavo asalto.
“Mohamed Alí es irrepetible. Era el chico más guapo que había visto en mi vida, y era boxeador. Quiero decir, su figura también pertenece al arte, a la política, a la ciencia. Todo un fenómeno, y algo que no volveremos a ver nunca. Yo llamo a la “pelea en la jungla” el “atraco en la jungla”. Fui allí con dos cinturones de campeón de los pesos pesados y volví sin ninguno”.
When we were Kings for sure, Academy Awards
— George Foreman (@GeorgeForeman) 4 de junio de 2016
My dearest friend and me pic.twitter.com/VwTfi5WLEg
Tweet de George Foreman: “Cuando sin duda éramos reyes, en los premios de la Academia. Mi querido amigo y yo”.
El promotor de boxeo Bob Arum, amigo suyo desde hacía cincuenta años, destaca su actitud desafiante contra el racismo y la guerra en un momento en el que tenerla era muy arriesgado e impopular.
“Cuando recuerdo su vida, en la que fui bendecido por su amistad, pasé mucho tiempo con él. Es duro para mí hablar sobre sus proezas en el boxeo porque por muy grandes que fueran palidecían ante el impacto que sus acciones tenían en el mundo”.
A true great has left us.
MuhammadAli</a> transformed this country and impacted the world with his spirit. <a href="https://t.co/ByNZYhM2ro">pic.twitter.com/ByNZYhM2ro</a></p>— Bob Arum (
BobArum) 4 de junio de 2016
Tweet de Bob Arum: “Nos ha dejado un verdadero grande. Mohamed Alí transformó este país e impactó en el mundo con su espíritu”.
Hannah, uno de los nueve hijos de Alí, cuenta en un emotivo texto cómo el corazón de su padre siguió latiendo hasta media hora después de que el resto de sus órganos dejaran de funcionar. “Una señal más de la fuerza de su espíritu y de su voluntad”, escribió.