Ha pasado un año desde que la canciller alemana, Angela Merkel, anunció su política de puertas abiertas, dando la bienvenida a miles de refugiados sirios.
Ha pasado un año desde que la canciller alemana, Angela Merkel, anunció su política de puertas abiertas, dando la bienvenida a miles de refugiados sirios. Unos días después la fotografia de Aylan Kurdi, un niño de 3 años que se ahogó en el Mediterráneo intentando llegar a Europa, se convirtió en el símbolo de la crisis humanitaria. Pero a pesar de la vergüenza y las lágrimas, un año más tarde las palabras de Merkel pertenecen al pasado. Las fronteras se han cerrado y los refugiados e inmigrantes siguen perdiendo la vida en el mar. La ruta de los Balcanes hacia Alemania está cerrada desde marzo, mientras que Austria y Francia han impuesto estrictos controles a lo largo de sus fronteras. Y miles de personas siguen llegando a las costas europeas cada semana.