Los serbios de Bosnia acuden hoy a las urnas para confirmar que quieren su propia fiesta nacional.
Los serbios de Bosnia acuden hoy a las urnas para confirmar que quieren su propia fiesta nacional. En un polémico referéndum, que supone un desafío para Sarajevo, decidirán si quieren mantener el 9 de enero como su Día Nacional. Un millón doscientos mil electores de la República Srpska, o República Serbia de Bosnia, están llamados a votar.
Fue el 9 de enero, de 1992, cuando fue proclamada esta entidad como parte de la entonces Federación de Yugoslavia, de la que el resto de la población bosnia quería separarse.
“Todos a los que les gusta la República Serbia de Bosnia van a ir a votar. Por supuesto que hay personas que no votarán, pero se puede decir que también hay croatas y musulmanes que votarán sin ningún problema. Hemos estado los unos en casa de los otros, sin problemas con nuestras vidas. Ahora nos estamos amenazando mutuamente. Vivamos juntos y con normalidad. Dejemos algo positivo para los niños que están creciendo aquí”, decía un ciudadano de Banja Luka.
El referéndum va a celebrarse pese a que fue prohibido por el Tribunal Constitucional de Bosnia. La corte recordó que el 9 de enero es también una fiesta del cristianismo ortodoxo, por lo que discrimina los derechos de los bosnios no serbios, es decir, croatas y musulmanes.