La purga continúa.
La purga continúa. Las autoridades turcas han suspendido a casi 13.000 policías por su supuesta vinculación con el clérigo exiliado en Estados Unidos, Fethullah Gülen. El encargado de anunciarlo era el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus. De los agentes apartados, unos 2.500 tienen rango de oficial. Al mismo tiempo, el gobierno confirmaba que prolongará durante tres meses más el estado de emergencia.
“Me parece normal”, explica Kayhan Direkoglu, que regenta un restaurante en Estambul. “Francia pasó seis meses en estado de emergencia por algo menor. Y esto ya lo esperábamos”.
La oposición, sin embargo, ha criticado duramente las medidas de excepción. Desde que se produjo el fallido golpe militar, el gobierno turco ha detenido a miles de personas y suspendido o apartado a otros tantos funcionarios y miembros de las fuerzas de seguridad, acusados de participar en la supuesta conspiración que, según Ankara, lideró Fethullah Gülen.
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