Rusia va a prestar a Budapest más de diez mil millones de euros para financiar la ampliación de la central nuclear de Paks, la única de Hungría y que produce el 40 por ciento de la energía eléctrica d
El viento gira al este en Budapest… o al menos así interpretan una parte de la población hungará y las instancias europeas, la visita de Putin y la relación que Rusia y Hungría están estableciendo. Viktor Orban multiplica ultimamente sus gestos a favor del gran vecino ruso, con la inauguración por ejemplo de un obelisco en enero.
Tenemos que salvar Bruselas de la 'sovietización', de la gente que quiere decirnos como deberíamos vivir en nuestros propios países
Primer ministro húngaro
“Viktor Orban comenzó su carrera odenando la expulsión del ejército rojo de Hungría. Y ahora su gobierno está inaugurando una estatua a esas mismas tropas”, dice este viandante.
No es la primera vez que Orban se contradice. De hecho se dio a conocer y fue elegido pidiendo: “los rusos fuera” en un momento en el que, estando en la oposición, consideraba que quienes negociaban con Moscú eran unos traidores.
Hoy el nuevo enemigo parece situarse más bien al oeste.
El primer ministro húngaro ha declarado:
“tenemos que salvar Bruselas de la ‘sovietización’, de la gente que quiere decirnos como deberíamos vivir en nuestros propios países”.
Una postura que ahora ha puesto a parte de la población en su contra.
Por otra parte, Orban no ha obtenido de Bruselas la flexibilidad económica que reclamaba con respecto al déficit público.De modo que ha tendido la mano a Putin, con quien comparte una ideología ultra nacionalista. Moscú le ha prometido ayuda financiera a cambio de un importante contrato con Rosatom. Rusia va a prestar a Budapest más de diez mil millones de euros para financiar la ampliación de la central nuclear de Paks, la única de Hungría y que produce el 40 por ciento de la energía eléctrica del país.
Un trato que Orban anunció por sorpresa en 2014 y que levantó ampollas en la Unión Europea. No en vano, Putin amplía con este tipo de acuerdos económicos en Europa, su zona de influencia. Frente a las sanciones europeas a Rusia, instauradas asimismo en 2014, el jefe de la diplomacia húngara, Peter Szijjarto ha declarado que para Budapest, “las sanciones es son inútiles y ha quedado de manifiesto que han fracasado. Estamos presionando para que se levanten, estamos haciendo presión a favor de que se supriman, por los intereses de Hungría”.
Ya hay quien apunta que Orban mantiene una relación privilegiada con Moscú, con la esperanza de que se instaure un nuevo orden geopolítico, en el que situaría los intereses de su país en primera línea alejándose de la tutela de Bruselas.