Los homenajes se suceden para recordar a las más de 18.
Los homenajes se suceden para recordar a las más de 18.000 personas fallecidas tras el terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter y posterior tsunami registrados en el país y a los que siguió un grave accidente en la central nuclear de Fukushima.
El primer ministro nipón ha presidido un acto marcado por la sobriedad que ha contado con la presencia del príncipe Akishino y de su esposa. “Teniendo en cuenta las valiosas lecciones que aprendimos tras la pérdida de tantas víctimas, con todo nuestro esfuerzo y sabiduría, revisaremos implacablemente los sistemas de preparación ante los desastres”, prometía Shinzo Abe.
En Fukushima el Gobierno japonés se esfuerza en pasar página llegando incluso a presionar a sus habitantes para que regresen a sus hogares a pesar de los niveles de radiactividad.
Miles de personas se arriesgan a perder los subsidios de vivienda si no regresan.
Seis años después de la peor catástrofe vivida en Japón desde la Segunda Guerra Mundial, todavía hay 120.000 evacuados.
Hace ahora seis años, el país más preparado frente a los temblores de tierra, sacó a la luz un riesgo hasta entonces oculto: la vulnerabilidad de las centrales nucleares.