El deporte es como la política: requiere esfuerzo y dedicación; unas veces se gana y otras se pierde.
A los líderes mundiales les gusta realizar pruebas deportivas para comprobar sus capacidades.
Desde la fuerza de Emmanuel Macron en sus golpes de raqueta, pasando por Donald Trump y su precisión en el golf, a la resistencia de Guy Verhofstadt en bicicleta o la puntería de Recep Tayyip Erdoğan para marcar gol.