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La primera ministra de Bangladesh aseguró que la agresión del Ejército birmano contra los rohinyás son “actos contra la humanidad y violaciones de derechos humanos”.
Sheikh Hasina, visitó Cox’s Bazar, distrito del suroeste del país que recibe una oleada de 370.000 refugiados: “Somos seres humanos. Sé lo que ha pasado. Sé lo que nos pasó en 1971. Hemos sufrido esa experiencia. Como sabe mi hermana está aquí, nuestra familia fue asesinada. Estábamos en el extranjero, tuvimos que vivir como refugiados en el extranjero durante años, así que conocemos lo que es la tristeza y el dolor”.
Al día siguiente de que el Alto Comisionado de la ONU considerara que lo que ocurre en Birmania con los rohinyás es lo que llamó “un caso de libro de limpieza étnica”, el embajador de Myanmar ante la ONU en Ginebra, Htin Lynn, habló de terrorismo: “Las acusaciones imprudentes sin evidencias concreta empañará la credibilidad del Alto Comisionado de la ONU. El grupo terrorista autodenominado Ejército de Salvación Arakan Rohingya incita a la gente a abandonar sus hogares dando falsas esperanzas de reasentamiento en un tercer país “.
El impacto de la huída de 370.000 rohinyás de Myanmar ese ha extendido a la India. Miles de manifestantes musulmanes salieron a la calle en la ciudad de Ludhiana, en el norte de la India. Reclamaban al gobierno de Nueva Delhi que interviniera en la crisis sobre Myanmar para poner fin a la violencia del ejército birmano.