Nemo, el nuevo perro del presidente francés, todavía tiene que entrenarse un poco.
Nemo, el labrador cruzado con grifón, provocó las carcajadas de los ministros que estaban reunidos con el presidente cuando levantó la pata… Y orinó en una de las suntuosas chimeneas del palacio del Elíseo.
En la escena, Macron y tres ministros hablan de inversiones en Paris cuando Nemo toma la chimenea por un cómodo WC.
Los cuatro estallan en carcajadas.
“Me preguntaba qué era ese ruido” dice el ministro de Ecología Brune Poirson, interrumpido en plena frase por la poco protocolaria aparición del perro.
“¿Esto ocurre muy a menudo?” bromea el ministro Julien Dernomandie.
“No” dice Macron entre risas “habéis provocado un comportamiento totalmente inusual en mi perro. Perdon”.
Desde su misma llegada al Elíseo, siguiendo una antigua tradición presidencial francesa, Nemo mostró mucho interés por el trabajo de su nuevo dueño.