El expresidente conservador y antiguo líder de los Republicanos ingresa en una prisión de máxima seguridad tras ser condenado por tratar de financiar su campaña electoral, entre 2005 y 2007, con dinero de Muammar Gadafi, el exdictador libio asesinado durante la Primavera Árabe.
El expresidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha convertido en el primer jefe de Estado de la historia de la Unión Europea en ser encarcelado. El exmandatario, de 70 años de edad, ha ingresado este martes por la mañana en la prisión parisina de La Santé para cumplir su condena de cinco años por tratar de financiar su campaña electoral de 2007 con dinero de la dictadura libia de Muammar Gadafi, asesinado en 2011.
Sarkozy ha abandonado su domicilio parisino a las 09:15 de la mano de Carla Bruni, su mediática pareja. El expresidente, cuyo padre pertenecía a la aristocracia húgara exiliada tras el triunfo de la revolución rusa, ha ingresado en un vehículo policial que le ha llevado directamente a la única cárcel del centro de París, La Santé, de máxima seguridad. Allí será recluido en régimen de aislamiento y sin entablar contacto con otros presos.
Cientos de simpatizantes se congregaron cerca de la residencia de los Sarkozy, situada en el distrito 16 -históricamente poblado por la alta sociedad parisina- después de que los hijos del expresidente convocaran una concentración en solidaridad por su padre. La multitud ha ondeado banderas francesas entre varias muestras de emoción.
"No es justo enviarle a la cárcel", ha dicho una mujer que enarbolaba una bandera nacional. "Es completamente absurdo. Había otras opciones, como una pulsera electrónica o trabajos comunitarios. Esto es solo para humillarle, para humillar a Francia", ha declarado ante 'Euronews'. Un simpatizante de edad avanzada se hizo eco de sus palabras: "Lo que ha hecho no merece la cárcel. Es totalmente abominable".
Otra mujer, que sostenía un cartel en el que se leía "Estamos contigo, Nicolas', ha dicho sentirse "avergonzada", añadiendo que Francia parece "un país en vías de desarrollo" por encarcelar a un ex jefe de Estado. Un hombre joven describió una "profunda tristeza por alguien que dirigió nuestra nación durante cinco años. Este castigo me parece muy duro".
No todos los asistentes se han mostrado tan comprensivos. En un momento dado, un manifestante solitario gritó "¡Sarkozy a la cárcel!" antes de ser silenciado con abucheos y por peticiones de que se marchase.
Sarkozy podría quedar en libertad antes de Navidad si prospera su recurso judical
El encarcelamiento de Sarkozy marca un momento sin precedentes en la historia política francesa. El expresidente ha recurrido su condena, así como el organismo de la Fiscalía que vigila los delitos económicos. Sarkozy solo podía solicitar su puesta en libertad tras ingresar oficialmente en prisión, lo cual han hecho sus abogados este martes de inmediato.
Según la ley, los jueces tienen hasta dos meses para decidir si el recurso prospera, es decir, hasta el 21 de diciembre. Si, en cambio, el tribunal mantiene su detención, el exmandatario tendrá derecho a presentar nuevos recursos. Según su equipo jurídico, Sarkozy permanecerá completamente aislado de los demás reclusos por motivos de seguridad.
"Tendrá una hora al día a solas en un patio cercado", ha dicho su abogado, Christophe Ingrain, ante los periodistas. También tendrá acceso a una biblioteca y a una zona de gimnasio, pero solo cuando no haya otros presidiarios presentes. Los funcionarios le llevarán la comida directamente. "El objetivo", ha dicho el director de la prisión, Sébastien Cauwel, durante una entrevista con 'BFMTV', "es garantizar que nunca se cruce con otro detenido".
El presidente francés, Emmanuel Macron, quien recibió a Sarkozy en el Palacio del Elíseo la semana pasada, ha asegurado que es "normal y humano" recibir a su predecesor. En declaraciones este martes, Macron se ha negado a comentar directamente la decisión del tribunal, pero ha reconocido el impacto emocional del momento: "Es comprensible que la imagen de un presidente encarcelado provoque fuertes reacciones", ha dicho.