Angustia entre los muros del antiguo hotel Santos-Dumond de Sao Paulo, en Brasil, donde cientos de familias humildes corren el riesgo de ser expulsadas en breve del edificio abandonado que ocuparon hace una década. Desde entonces, han cuidado del inmueble como si fuera suyo y han rehecho sus vidas:
“La propuesta desde el comienzo fue transformar esta propiedad en viviendas para familias de bajos ingresos, para las familias que hoy viven aquí”, explicaba Ivanete de Araujo, coordinadora de la comunidad de ocupantes del antiguo hotel.
La orden de expulsión, que afecta a un millar de personas, ha supuesto un mazazo para quienes no pueden permitirse pagar alquileres a precios de mercado:
- “Nos gustaría irnos de aquí para mejorar, tener nuestro propio apartamento… O si no quedarnos aquí y pagar nuestra agua, nuestra luz, nuestro gas, nuestras cargas vecinales. No queremos vivir gratis”, sentencia Solange Barbosa, vecina del inmueble.
Una operación inmobiliaria para adquirir el solar obligó a la Justicia a pronunciarse sobre la expulsión, que, salvo imprevisto, deberá ejecutarse el próximo 22 de noviembre.