El despliegue policial se mantendrá en Cataluña hasta después de las elecciones del 21-D
El barco de Piolín, símbolo del despliegue de las fuerzas de seguridad del Estado en Cataluña durante el desafío independentista, abandona este jueves el puerto de Barcelona.
Es uno de los tres barcos, fletados por el Ministerio del Interior como vivienda para parte de los 6.000 efectivos enviados a Cataluña como refuerzo. Su objetivo era evitar incidentes durante la celebración del referéndum del 1-O. Pero las imágenes de su contundente intervención, con centenares de heridos, dieron la vuelta al mundo.
La Policía Nacional también intervino durante la huelga general del 8 de noviembre. En esta ocasión grupos de manifestantes consiguieron bloquear las vías en varias estaciones de Girona y Barcelona.
A ciencia cierta nada se sabe de coste de un operativo que el Gobierno mantendrá en secreto clasificado como “materia reservada”.
El dispositivo continuará hasta después de las elecciones catalanas del 21-D.