El despliegue termina como comenzó: con polémica, por la cena de Nochebuena
Comienza la retirada de los policías y guardias civiles desplegados en Cataluña. El próximo sábado, día 30, todos los efectivos de refuerzo habrán vuelto a sus destinos habituales. A mediodía, zarparán del puerto de Barcelona los dos barcos que siguen atracados. El conocido como barco de Piolín, ya lo hizo el día 16. Había recibido muchas críticas por las malas condiciones en las que tuvieron que convivir policías y guardias civiles.
Se pondrá fin a la llamada operación Copérnico, iniciada a mediados de septiembre, y que supuso un despliegue sin precedentes. No sabemos la cifra exacta, ya que el Gobierno español lo ha declarado secreto de Estado. Aunque según varias fuentes policiales, sería de entre 4.000 y 6.000 agentes.
La misión no ha sido fácil: los agentes tuvieron que actuar el 1-O para intentar impedir que se llevara a cabo el referéndum ilegal organizado por los independentistas, ante la pasividad de los Mossos d'Esquadra, que no hicieron su trabajo. Perdieron el control de la situación y hubo escenas de violencia.
Han tenido que lidiar con la hostilidad de los vecinos independentistas, que no los querían en sus localidades, que organizaban caceroladas, en plena noche, ante sus hoteles, para no dejarles dormir. Han recibido insultos y provocaciones... Y como guinda, una tristísima cena de Nochebuena, que ha desatado la polémica. Aunque para Nochevieja ya estarán en casa.