Hasta un 30% de los habitantes han regresado a la ciudad, según el gobierno local
Es una ciudad agujereada y en gran parte fantasma que algunos llaman, a pesar de todo, hogar. Ese es el estado en el que se encuentra la una vez próspera Homs, en Siria, que ha recobrado la paz, aunque ni mucho menos la normalidad.
Sumaya Bairuty, profesora de inglés en Damasco, viaja una vez a la semana a visitar a sus padres a esta localidad retomada de manos de los rebeldes hace ya cuatro años por el Gobierno de Bachar Al Asad.
"La ciudad necesita mucho esfuerzo para revivir. Como se puede ver, cada vez que vengo solamente veo destrucción, y es muy molesto verla. No solamente en los edificios, también en nuestras almas", dice a AP Bairuty.
Progresivamente los habitantes regresan a sus casas, a lo que queda de ellas. Homs empezó siendo la capital de los rebeldes y acabó como ciudad más devastada por la guerra siria.
El gobernador de Homs, Talal Barazi, asegura que 21.000 familias, el 30 % de la población, han regresado.
Usando sus propios ahorros y una casi siempre escasa ayuda de la ONU, familias como la Bairuty reparan uno a uno los daños en sus pisos. Una manera de restaurar la vida que les arrebató el conflicto y al mismo tiempo dársela a los niños, que han vivido la mayor parte de sus vidas bajo la guerra.
Associated Press (AP)