Para acabar con el ciberacoso sexual

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Derechos de autor Photo by Hannah Wei on Unsplash
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Por Escarlata Sanchez
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El ciberacoso es una asignatura pendiente para las redes sociales y los gobiernos que tratan de combatir este problema con campañas de prevención.

Presionar a los gigantes de la web para acabar con el ciberacoso sexual

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Leila, francesa de 25 años, vive desde hace meses entre el miedo, la rabia y la incertidumbre. Su exnovio ha difundido imágenes íntimas de ella en las redes sociales. ¿Para qué? Para obligarla a volver con él, o simplemente para vengarse. A pesar de sus denuncias, a nivel personal y legal, Leila se encuentra en un laberinto donde, una vez las imágenes difundidas en la red, y compartidas por conocidos y extraños, es una tarea interminable hacerlas desaparecer.

Muchas jóvenes como Leila se enfrentan a una legislación y a unas redes sociales que necesitan adaptarse a problemas que, de la instantaneidad de la realidad virtual, pasan a ser un calvario en la vida real.

Photo by Jay Wennington on Unsplash

Las redes sociales son una parte imprescindible de la vida social de millones de personas. La gente se construye en dichas redes una identidad, un prestigio y una reputación.

El acoso de todo tipo ya sea sexual, laboral o escolar no es nada nuevo, pero toma otros matices cuando pasa al mundo virtual desde Facebook, Twitter o Whatsapp. El cibermundo redefine las relaciones sociales para bien y para mal. En el plano de la denuncia del acoso, iniciativas como #MeToo han querido usar las redes como arma para denunciar lo que pasa en la vida real.

Francia intenta lanzar una iniciativa para lidiar con el problema

Marlène Schiappa (1982) bloguera y joven secretaria de Estado de Igualdad de género del Gobierno francés, en una entrevista para Euronews, subraya la importancia de las ciberprotestas contra el acoso: "#MeToo nos muestra cómo puede crearse una solidaridad entre mujeres, lo que yo llamo la sororidad. Se aprovecha Internet para llamar la atención sobre la violencia sexual y sexista que las mujeres viven desde generaciones. La importancia de #MeToo es la solidaridad, saber que somos muchas, que no estamos solas, esa es nuestra fuerza."

Sin embargo, cuál es el nivel de respuesta que tienen los gigantes de Internet para hacer frente a un ciberacoso que nace en las redes sociales. ¿Qué pueden hacer Facebook, Twitter, WhatsApp y otras redes sociales de Internet para combatir el ciberacoso sexual?

Los gobiernos de todo el mundo piden que se adopten medidas para regular conductas ilícitas en el escurridizo espacio de la web. Pero, ¿cómo crear reglas precisas y hacer que se respete un código ético? ¿Es posible instalar filtros u otros medios de prevención como solución?

Detectar, filtrar y prevenir el acoso en el espacio real y virtual

Quizá la asignatura pendiente que tienen todos los actores implicados (gobiernos y plataformas digitales) sea crear instancias globales que asuman que el acoso es un problema real, e identificar las zonas de riesgo para poner coto a las prácticas abusivas en las redes.

"Tenemos que asumir la globalización digital, -asegura a Euronews Marlène Schiappa- pero creo que es importante tener en cuenta que Internet no es una tierra de nadie, en ese ámbito también deben aplicarse las leyes del derecho francés y de los otros países europeos."

Photo by Ilya Pavlov on Unsplash

Es interesante el caso de Holanda, que como aquí explica el diario El País, es uno de los países que alberga más webs con contenido sexual infantil. Allí, la ONG “Terre des Hommes” lucha para que las fuerzas de seguridad utilicen el programa Sweetie 2.0 creado con el apoyo de especialistas internacionales y que identifica a los agresores.

Establecer límites en el uso de Internet, denunciar todo tipo de amenazas y atosigamiento de carácter sexual y mantenerse alerta son algunas de las cibersoluciones que proponen los sitios web especializados. Aconsejan además poner en conocimiento de las autoridades las conductas sospechosas. En el caso de los menores, los padres deben mantener informados a los hijos de los riesgos que entrañan tanto las redes sociales, como los foros de juegos en línea. Limitar el uso de Internet y navegar acompañados son parte del remedio.

¿#Bullying, #mobbing, #grooming, #revenge burn?...

Parece un auténtico galimatías y quizá lo sea. Pero es que el acoso se denomina en muchas ocasiones con anglicismos. El ciberacoso puede tomar diferentes matices, dependiendo del contexto de los implicados. Pasa a través de las redes sociales y puede ser de carácter discriminatorio y de exclusión del grupo social, como puede suceder en el ámbito escolar y laboral.

El ciberacoso sexual es el hostigamiento de una persona hacia otra a través de las redes sociales con mensajes, fotografías o vídeos de carácter sexual. El acosador puede tener diversas intenciones. Puede pretender abusar sexualmente de la víctima, buscar una forma de venganza para destruir la reputación social de la víctima (revenge burn), o incluso pretender conseguir una explotación pornográfica con fines lucrativos.

El grooming puede ser una de las formas más insidiosas de acoso, pues el acosador aprovecha su posición de poder (profesor, guía, instructor, sacerdote) para ejercer influencia sobre su víctima. Es por ello que muchas de las víctimas de grooming, son menores de edad.

¿Cómo legislar ante el ciberacoso?

Según el último informe anual de Unicef, Holanda es uno de los cinco países que acumulan el 92% de las webs pedófilas en todo el mundo. En ese país, los políticos llevan cinco años tratando de dar forma a una nueva ley para el cibercrimen. El proyecto de ley que se debate actualmente en el Senado tiene como principal obstáculo la posibilidad, por parte de la policía, de intervenir los ordenadores de los sospechosos. Esto se debe a que los partidos más liberales consideran que esto es una invasión de la privacidad. Sin embargo, la ley plantea la posibilidad de que las fuerzas de seguridad utilicen Sweetie en sus operaciones contra el acoso sexual infantil en línea.

Photo by Tom Sodoge on Unsplash

En torno a esta cuestión, Marlène Schiappa aboga por buscar soluciones en dos ámbitos, el educativo y el legislativo: "Cuando vamos a los institutos a realizar talleres, los jóvenes nos hablan directamente de casos de cibersexismo y ciberacoso. Junto al secretario de Asuntos Digitales, Mounir Mahjoubi, hemos tratado de incidir en las redes sociales, en los foros, en todos los sitios que albergan páginas web. He hablado con varios de mis homólogos a nivel internacional para convencerles de que deben implementarse acciones a nivel global... Debemos presionar a los grandes de la web como Facebook, Twitter, etc. para que se ajusten a la legislación francesa en términos de respeto y lucha contra la discriminación"

La página web Inhope, que denuncia y lucha contra los contenidos abusivos en la web, remite igualmente hacia una mayor presión hacia los gigantes tecnológicos que también deben involucrarse y cuya participación debe ser obligatoria y no voluntaria.

¿Cómo afrontar un problema global?

Evidentemente ante un problema global, las soluciones deberían ser también de carácter global y concertado. El reto es enorme, pues los gobiernos deben afrontar un problema que trasciende sus fronteras y las grandes redes sociales deben tratar de regular su propio potencial de difusión cuando esta herramienta se usas para fines ilícitos. Desde diferentes sectores, social, mediático e incluso financiero, se pide una regulación y aplicación de medidas contra el ciberacoso.

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El diario The Mercury News, que se hace eco de las noticias de Silicon Valley, muestra cómo los accionistas de las grandes empresas de redes sociales podrían hacer presión para establecer un código ético en cuanto a las buenas prácticas en las redes sociales.

Casos extremos a falta de legislación y castigo efectivo

Si los gobiernos no crean leyes y mecanismos suficientemente eficaces, puede haber casos extremos en los que las víctimas opten por tomarse la justicia por su mano. Recientemente, un argentino se hizo pasar por su hija de 11 años y le dio una paliza a su acosador.

Desde 2013, la legislación argentina contempla penas de entre seis meses y 4 años de cárcel para quienes contacten con menores de edad a través de cualquier medio electrónico con el propósito de cometer delitos contra la integridad sexual. En 2017, la Justicia argentina sentó precedente al condenar por primera vez un caso de feminicidio precedido de ciberacoso.

El abogado Hernán Navarro, director de la ONG Grooming Argentina, explica que en su país, siete de cada diez personas no sabe lo que es el grooming y advierte de que los ciberacosadores siguen patrones de conducta similares y suelen chatear con muchos menores a la vez, por lo que son un riesgo potencial para la sociedad.

Conclusiones

Para Leila, las campañas de prevención y los filtros para detectar el ciberacoso pueden ser herramientas de ayuda para salir a flote de su laberinto. Pero a nivel global, son los gobiernos y las ONG quienes pueden establecer leyes y crear mecanismos de lucha eficaces y, en última instancia, son quienes podrán presionar a los gigantes tecnológicos para lograr que Internet no sea una tierra sin ley.

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