La lucha por la supervivencia de las mujeres mula de Ceuta

Son mujeres, pero las llaman mulas y su trabajo es casi inhumano. Cruzan cada día la frontera, desde Ceuta hasta Marruecos, con enormes paquetes de productos que pueden llegar a pesar hasta cien kilos.
El negocio funciona porque el transporte a pie no paga tasas, al contrario que los vehículos. Pero portar tanto peso no es su única batalla. Su día a día es una auténtica lucha por la supervivencia.
"Es pesado. Muy pesado. Sufrimos para llevar esto. Mire", se lamenta una mujer.
España limita el paso a 4000 personas por día. Por esa razón, se forman largas colas desde horas antes de la apertura del paso con el único objetivo de conseguir atravesar. Esta desesperación provoca avalanchas humanas, a menudo mortales. Hace pocas semanas, en este mismo paso, perecieron dos mujeres asfixiadas, aplastadas por el peso de su propia carga.
Para evitar estas avalanchas y dar un barniz de dignidad al trabajo, las porteadoras deben llevar ahora la mercancía en un carro. Pero lejos de facilitar su trabajo, el carrito ha pasado a ser parte de su pesadilla cotidiana. "Estos carros no son mejores. Nos hacemos daño. Y es difícil de manejar", se lamenta una de ellas.
Otra batalla ocurre antes, en el polígono, cuando tratan de conseguir los paquetes cuyo porte está mejor pagado, porque dependiendo de los productos que lleven pueden ganar de 10 a 25 euros por viaje.
Porque estas mujeres son las más vulnerables de la sociedad marroquí: viudas, minusválidas, divorciadas, que no tienen otra manera de ganarse la vida.
En este día a día, la artimaña también está muy presente. Algunas vista ropa sobre ropa y disimulan mercancías. Enrolladas en adhesivos se convierten en auténticos bultos humanos.