Por razones económicas, familiares o incluso, tradicionales, es fácil que los europeos del sur alcancen la treintena viviendo todavía en casa de sus padres, una situación muy distinta si se mira hacia el norte en países como Suecia o Dinamarca.
Por razones económicas, familiares o incluso, tradicionales, es fácil que los europeos del sur alcancen la treintena viviendo todavía en casa de sus padres, una situación muy distinta si se mira hacia el norte, en países como Suecia o Dinamarca, donde la emancipación llega casi una década antes.
Así lo demuestran las últimas cifras publicadas por Eurostat que trazan una clara línea divisoria entre norte y sur del continente en relación a las edades medias a las que se independizan los jóvenes.
En el norte, la independencia llega en torno a los 20 años...
En 2017, los jóvenes abandonaron sus hogares cerca del comienzo de la veintena en Suecia (21,0 años), Dinamarca (21,1 años) y Finlandia (21,9 años), así como en Luxemburgo (21,4 años). Les siguieron los de Estonia (23,1 años), Bélgica (23,4 años), Países Bajos (23,6 años), Alemania (23,7), Francia (24,0 años) y Reino Unido (24,4 años).
...Pero esperan hasta los 30 años en el sur
En el extremo opuesto de la escala, los adultos jóvenes de Malta y Croacia fueron los que permanecieron más tiempo en el hogar de sus padres. Se marcharon de casa a una edad media de 32,2 y 31,9 años respectivamente. Los adultos jóvenes de Eslovaquia (30,8 años), Italia (30,1 años), Grecia (29,4 años), España (29,3 años), Portugal (29,2 años) y Bulgaria (28,9 años) también se emanciparon tarde.
Estas diferencias no sólo son notorias si se compara norte y sur de Europa, sino dentro del mismo país, las mujeres se independizan de media años antes que los hombres. Un ejemplo notorio es la Antigua República Yugoslava de Macedonia, ellos se van con una media de más de 35 años y ellas con 27,5. Casi ocho años de diferencia.