La joven bailarina y estudiante de ingeniería falleció después de debatirse durante tres días entre la vida y la muerte. Otras dos mujeres siguen hospitalizadas en estado crítico.
Cuba vive como una tragedia la muerte de una de las tres supervivientes del accidente aéreo del viernes en La Habana.
Grettel Landrove, una joven de 23 años, bailarina y estudiante de ingeniería, se debatió entre la vida y la muerte durante tres días. Sufría graves daños neuronales. Su fallecimiento eleva a 111 las víctimas del siniestro. Otras dos mujeres siguen hospitalizadas. Una de ellas es Maylén Díaz, una chica de 19 años; la otra, Emiley Sánchez, de 39. Las dos están en estado crítico extremo, aunque es el estado de la segunda el que más preocupa, pues sufre quemaduras en el 41 % de su cuerpo.
Entretanto, las familias empiezan a recuperar los restos y a enterrar a sus seres queridos. Cuarenta de las víctimas han sido identificadas, mientras se siguen cotejando muestras de ADN para reconocer al resto de los fallecidos, entre ellos, los once extranjeros (siete mexicanos, dos argentinos y dos saharauis, uno de ellos también con pasaporte español).
Poco se sabe de los avances de la investigación, salvo que participan expertos de México, a los que se han sumado peritos de aseguradoras procedentes de Europa y representantes de Boeing llegados de Estados Unidos.
La novedad es que México ha suspendido las operaciones de Global Air, propietaria del Boeing 737 accidentado, mientras se investiga lo sucedido. Esta aerolínea ya había sido suspendida dos veces desde 2010. La primera, por un fallo técnico que provocó un aterrizaje de emergencia y, la segunda, en 2013, después de que un piloto denunciara irregularidades técnicas en uno de los aviones.