Netanyahu aprovechó el encuentro de ambos en Jerusalén para alabar las políticas de Orbán para "combatir el antisemitismo" y agradecer la financiación del Gobierno húngaro para reformar las sinagogas de la nación magiar
Como "un verdadero amigo de Israel". Así recibió el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a su homólogo húngaro, Viktor Orbán, de visita oficial en la zona. Netanyahu aprovechó el encuentro de ambos en Jerusalén para alabar las políticas de Orbán para "combatir el antisemitismo" y agradecer la financiación del Gobierno húngaro para reformar las sinagogas de la nación magiar.
"Ambos entendemos que la amenaza del Islam radical es real. Podría poner en peligro a Europa. Podría poner en peligro al mundo. Sin duda nos pone en peligro a nosotros y a nuestros vecinos árabes", afirmaba Netanyahu.
"En Europa experimentamos una crisis de inmigración y terrorismo. Los terroristas explotan las rutas de los inmigrantes para llegar a Europa y debemos tomar medidas contra este fenómeno", declaraba Viktor Orbán.
La visita oficial del primer ministro húngaro no contenta a todos ya que algunos israelíes no están de acuerdo con la presencia, en sus tierras, de una figura política a la que se asocian ideología próxima a posturas antisemitas.
"Estimo la amistad y el afecto que expresa hacia la guerra contra el antisemitismo, que desafortunadamente está en marcha en Europa. Usted se erige en baluarte contra ella", señalaba agradecido el rabino David Lau a Viktor Orbán.
Benjamin Netanyahu ve en la visita de Orbán una oportunidad idónea para estrechar las, a su juicio, "tremendas posibilidades de cooperación" entre las economías de ambas naciones, que ya cooperan en áreas como tecnología, comercio, turismo o seguridad.