El Gobierno de Daniel Ortega impide la mediación de la Organización de Estados Americanos al considerar su grupo de trabajo como una "comisión injerencista"
El presidente de Nicaragua cierra la puerta a la mediación internacional pero no puede contener la indignación ciudadana. Tras semanas de relativa tranquilidad, unas 5.000 personas. se concentraron este miércoles en las calles de Managua,, la capital, para pedir la liberación de los presos políticos y la dimisión de Daniel Ortega. El pasado mes de julio el Ejecutivo aprobó una ley que consideraba "terrorismo" la participación en manifestaciones. Unos 180 nicaragüenses están acusados de este delito y cerca de quinientos están en prisión por su participación en las marchas, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos. Una mujer asegura que los niños no pueden ir a clase porque tienen miedo de los paramiliitares y que la situación "no es normal".
Por otro lado, el Gobierno ha impedido la entrada de la Organización de Estados Americanos para una búsqueda de soluciones al conflicto que asola el país centroamericano desde el pasado mes de abril y que ha provocado centenares de muertos. Veinte de los 34 países que conforman esta entidad habían aprobado la presencia de un grupo de trabajo que el propio Ortega califica de "comisión injerencista".