El alto el fuego de este martes en la franja de Gaza negociado por Egipto ha acabado con casi dos días de intercambio de fuego aéreo en los enfrentamientos más violentos dede 2014. Pero se trata de un acuerdo frágil lleno de tensión.
PUBLICIDADCientos de palestinos han celebrado en Gaza lo que proclaman como "una victoria sobre Israel": el alto el fuego negociado a través de Egipto de este martes tras casi dos días de enfrentamientos, los más graves desde la guerra de 2014.
Algunos lo han hecho entre los escombros del canal de televisión Al-Aqsa, uno de los objetivos de los bombardeos israelíes.
"La intermediación de Egipto ha llevado al reforzamiento del acuerdo de alto el fuego", cuenta Ismail Radwan, representante del grupo islamista Hamás. "Nos comprometemos a mantenerlo mientras lo hagan los ocupantes, pero nuestros dedos estarán sobre el gatillo si lo violan".
Un alto el fuego que, sin embargo, no ha sido corroborado por Israel. Su ministro de defensa ha desmentido que su ejército haya detenido las operaciones contra Hamás.
"Todo el mundo quiere un alto el fuego, pero queremos devolver el poder de disuasión al ejército", asegura Yohai Dahan, civil israelí. "Estamos hartos y cansados de ser blanco del terrorismo y de cohetes y de más alto el fuego todos los meses".
Desde el lunes, los bombardeos israelíes han provocado la muerte en Gaza de siete palestinos, al menos cinco de ellos milicianos de Hamás, además de una veintena de heridos y de la destrucción de varios edificios, según Tel Aviv, utilizados por Hamás.
Los cohetes palestinos contra Israel han matado a un palestino y causado tambiéndecenas de heridos.
La pasada noche el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas trató a puerta cerrada la situación en la franja, pero no llegó a ninguna conclusión ante la división entre sus miembros y la defensa a ultranza de Israel por parte de Estados Unidos.