Un atacante suicida detonó sus explosivos en medio de un encuentro de eruditos islámicos.
Kabul ha vivido uno de los atentados más mortíferos de los últimos años. Más de medio centenar de personas han muerto y cerca de cien han resultado heridas cuando un suicida detonó sus explosivos durante un encuentro de eruditos islámicos en una sala de fiestas de la capital afgana. Uno de los camareros que estaban en el acto relata el horror: "Salimos para traer agua a los invitados y cuando estaba bajando las escaleras, oímos una detonación muy potente en el salón. Cuando entramos estaba todo cubierto de humo y polvo, había cuerpos mutilados por todas partes".
Por ahora, ningún grupo se ha atribuido la autoría del ataque, aunque tanto los talibanes como una filial local de Dáesh han perpetrado ataques contra religiosos afines al Gobierno en el pasado.
Los militantes de ambos grupos quieren derrocar al Ejecutivo respaldado por Estados Unidos e imponer la Sharia en el país. Sus divergencias sobre el liderato y el rigor que debería tener la ley islámica les ha llevado a enfrentarse en numerosas ocasiones.