El Gobierno eleva la alerta terrorista al nivel máximo tras el atentado
Eran las ocho de la tarde del miércoles y Francia revivía su peor pesadilla. El alcalde de la ciudad de Estrasburgo confirmaba el ataque que había tenido lugar en un mercado navideño y recomendaba a los ciudadanos que se quedaran en sus casas. El pánico se apoderaba de unas calles que empezaban a estar repletas de coches de las fuerzas de seguridad. Las ambulancias también tenían que actuar. Los disparos y puñaladas de un hombre de 29 años huido que había causado varios muertos y heridos.
La policía intercambió disparos con el agresor y estableció un cordón de seguridad que también llegó a la sede del Parlamento Europeo y obligó a los eurofidutados a permanecer en su interior. Lo mismo ocurría en bares y restaurantes próximos
"Primero escuché varios disparos y pensé, que tal vez eran petardos o estaban atacando una tienda. Vi a mucha gente corriendo, asustada, llorando, niños y demás. Entonces pensé que iba a ser muy serio, y luego cuando vi a la gente llorando y a la multitud que se iba, dijeron que estaba disparando justo al lado, así que escapé. Me escondí en un restaurante", explica un ciudadano. Otro hombre no pudo regresar a su casa ya que el coche estaba aparcado en las proximidades.
El presidente Emmanuel Macron mantenía un reunión de emergencia con el primer ministro Édouard Philippe y el ministro del interior Christophe Castaner, y el nivel de alerta terrorista se elevaba al máximo, con un amplio despligue policíal para dar caza al sospechoso Chérif Chekatt, nacido en Estrasburgo según las primeras informaciones.