Continúa la ofensiva del mariscal Jalifa Haftar para tomar la capital libia a pesar de los llamamientos internacionales al diálogo. La ONU cifra en más de treinta los muertos desde el jueves.
Naciones Unidas ha condenado el bombardeo en Libia que ha obligado a cerrar el aeropuerto de Maitiga, el único aeródromoc operativo de Trípoli.
Un ataque de las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar conocidas como ejercito nacional libio o LNA que desde el pasado jueves intentan hacerse con el control de la capital.
Decenas de muertos
Desde entonces más de treinta personas han muerto y al menos cincuenta han resultado heridas, según la ONU.
"La escalda de la violencia en Trípoli y sus alrededores ha causado el desplazamiento de unas 3400 personas que han huido de los combates", aseguraba Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU. Pedimos una tregua temporal humanitaria para permitir el suministro de servicios de emergencia y el paso voluntario de civiles, incluidos los heridos desde las zonas en conflicto".
Un portavoz del LNA ha confirmado el ataque, pero niega que tuvieran a civiles como objetivo.
Protegidos por aviones cedidos por Emiratos Áraes Unidos, han redoblado su ofensiva en tierra en barrios próximos al antiguo aeropuerto internacional.
Según algunos testigos, vehículos con metralletas disparan sin parar desde todas partes.
El domingo las tropas de Haftar habrían llegado a solo once kilómetros del centro de la capital antes de retirarse.
Las milicias al rescate del Gobierno de Trípoli
Por su parte, el Gobierno de Trípoli de Fayez Al Serraj, apoyado por la ONU, ha pedido ayuda a milicias aliadas, que han llegado desde Misrata en camionetas con armas automáticas.
La ONU ha retirado a su personal del país y prepara el anuncio del aplazamiento de la conferencia que el próximo domingo iba a estudiar la convocatoria de elecciones.
Libia es un estado fallido desde el derrocamiento de Muanmar al Gadafi en 2011 al que contribuyó la propia OTAN.