EL cocinero puso unos 15 millones de euros para evitar el colapso
La cadena de restaurantes del famoso Jamie Oliver sufre una indigestión. Unos mil puestos de trabajo penden de un hilo después de que el cocinero británico anunciara que su negocio está al borde de la quiebra. De sus 25 establecimientos en el Reino Unido, todos menos tres han tenido que cerrar y la firma KPMG ha tomado el timón para intentar encontrar un comprador. Oliver creo su particular imperio a partir del éxito de un programa de televisión llamado 'Naked Chef'. Recientemente puso unos quince millones de euros de su bolsillo para evitar el colapso. Según medios británico, sus franquicias en el extranjero mantienen la rentabilidad al igual que las producciones audiovisuales y la venta de libros, pero en su país no ha podido evitar la crisis que está afectando a muchos establecimientos de tamaño medio.