Dos meses después de sufrir un devastador incendo, Notre Dame ha vuelto a albergar una misa. Un oficio religioso a cargo del arzobispo de París, Michel Aupetit, al que han asistido en torno a treinta personas, la mitad de ellas sacerdotes
Han celebrado un "lugar de culto" y una catedral "viva". Dos meses después de sufrir un devastador incendo, Notre Dame ha vuelto a albergar una misa. Un oficio religioso a cargo del arzobispo de París, Michel Aupetit, al que han asistido en torno a treinta personas, la mitad de ellas sacerdotes, reunidos en la capilla de la Virgen María, situada detrás del coro. Los fieles no pudieron acudir por razones de seguridad.
"Estamos profundamente felices de poder celebrar aquí la eucaristía. Por eso se construyó. Se trata de un mensaje de esperanza y agradecimiento a todos los que se emocionaron al ver lo que le ocurrió a esta catedral, un signo de nuestro país, Francia, pero también un signo de nuestras raíces cristianas", señalaba Michel Aupetit.
Los asistentes utilizaron cascos como protección. Las obras para consolidar la estructura de la catedral durarán varios meses. El incendio del pasado 15 de abril conmocionó y conmovió a ciudadanos de todo el mundo. Las donaciones comprometidas para la reconstrucción rondan los novecientos millones de euros.