El primer ministro de Canadá no pidió disculpas por las supuestas presiones a su ex fiscal para evitar un juicio a una empresa corrupta
El primer ministro canadiense Justin Trudeau ha asumido su responsabilidad por haber intentado interferir en un asunto criminal pero no se ha disculpado de haberle pedido a su exministra de Justicia, Wilson-Raybould, que evitara el juicio a una empresa canadiense corrupta.
Para Trudeau más que una injerencia del Gobierno se trataba de salvar empleos:
"Como dije, asumo toda la responsabilidad. La responsabilidad es del primer ministro. Asumo la responsabilidad de todo lo que pasó en mi oficina. Esto es importante. Siento profundamente lo que pasó el año pasado ,no debería haber pasado. Al mismo tiempo, tenemos un sistema en el que tenemos que hacer mejoras."
El escándalo, que estalló en febrero y ha provocado la dimisión de dos ministras, se ha convertido en la mayor crisis política del Gobierno de Trudeau. Algunos expertos incluso aseguran que podría costarle la reelección en las elecciones generales del próximo mes de octubre.
La ex- fiscal Wilson-Raybould dimitió a principios de febrero. Acusó al primer ministro y sus colaboradores de presionarla durante meses para que ofreciese a la mayor constructora del país, SNC-Lavalin, un acuerdo favorable en un caso de corrupción, que la salvase de un juicio seguro.
La compañía con sede en Quebec, principal bastión de votos para los liberales de Trudeau, enfrenta acusaciones de corrupción y fraude por los más de 32 millones de euros en supuestos sobornos a funcionarios libios entre 2001 y 2011, cuando Muammar Gaddafi estaba en el poder.