Los 'chalecos amarillos': el movimiento social que desestabilizó al Gobierno francés

Hace justo un año nacía en Francia el mayor movimiento social de los últimos años. Los primeros manifestantes salieron a las rotondas de las periferias para protestar contra la subida del impuesto a los combustibles. El chaleco amarillo se convirtió en el símbolo de la profunda brecha de un país que avanza a dos velocidades. Poco a poco las reivindicaciones fueron creciendo y el movimiento se extendió a las grandes ciudades. Cientos de miles de personas se pusieron el chaleco y salieron a exigir reformas sociales y fiscales. París se convirtió en un escenario de batalla campal durante varios sábados consecutivos. La idílica imagen de los Campos Elíseos se vio truncada por los violentos enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden.
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Para intentar calmar los ánimos, el presidente Emmanuel Macron dio un paso atrás, retiró la tasa que originó las revueltas y aumentó en 100 euros el salario mínimo.
Puesto que las medidas no fueron suficientes,Macron organizó el Gran Debate Nacional. El mandatario se reunió con alcaldes con el fin de escuchar y analizar las peticiones de los franceses. Sin embargo, muchos chalecos amarillos criticaron la metodología de esta consulta ciudadana.
Los chalecos amarillos también pusieron en evidencia las violencias policiales; resultado: dos muertos y cerca de 2.500 heridos.
El movimiento su primer aniversario este fin de semana, y lo celebra de la manera que mejor lo representa: en las calles. Tras su debilitamiento en los últimos meses, el movimiento espera reunir a una gran cantidad de personas este 16 de noviembre de 2019.