Cinco muertos, ocho desaparecidos y 31 heridos, veinte de ellos graves. Ese es el balance dejado por la erupción, el lunes, del volcán Whakaari, en Nueva Zelanda. La Policía neozelandesa ha abierto una investigación penal para determinar responsabilidades.
Cinco muertos, ocho desaparecidos y 31 heridos, veinte de ellos graves. Ese es el balance dejado por la erupción, el lunes, del volcán Whakaari, en Nueva Zelanda. El volcán está situado en una isla deshabitada, pero turística.
La Policía neozelandesa ha abierto una investigación penal para determinar las responsabilidades de lo ocurrido, que incluye a los operadores turísticos que organizan excursiones a la isla, situada a 48 kilómetros al este de la Isla Norte. Al mismo tiempo, hay otra investigación que está llevando a cabo el organismo que vigila la seguridad en el trabajo.
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha dado detalles sobre las víctimas:
"En este punto, podemos confirmar que entre los desaparecidos o heridos hay neozelandeses, miembros del operador turístico, y turistas de Australia, Estados Unidos, Reino Unido, China y Malasia. Eso es lo que sabemos".
Sin esperanzas de hallar supervivientes
En estos momentos, los esfuerzos se centran en cómo poder volver a acceder a la isla para recuperar los cadáveres de los ocho desaparecidos, que se cree están muertos. Las condiciones meteorológicas y el riesgo de una nueva erupción no han permitido hoy continuar con las tareas de rescate.
10.000 turistas al año
Unos 10.000 turistas visitan cada año la isla Whakaari, también conocida como White Island.
El pasado día 3, el grupo de control de actividad geológica advirtió de que el volcán Whakaari había entrado "en un periodo de actividad eruptiva", aunque señaló que no representaba "un peligro directo para los visitantes".
La compañía White Island Tours asegura que se toma muy en serio la seguridad de sus clientes.