El austríaco Peter Handke recogía anoche el Premio Nobel de Literatura, entre críticas y protestas. La decisión de la Academia Sueca de otorgarle el mayor reconocimiento en el mundo de las letras no ha recibido un aplauso unánime, por sus posiciones proserbias durante la guerra de los Balcanes.
El escritor austríaco Peter Handke recogía anoche el Premio Nobel de Literatura, pese al aluvión de críticas. La decisión de la Academia Sueca de otorgarle el mayor reconocimiento en el mundo de las letras no ha recibido un aplauso unánime.
Sus posiciones proserbias durante la guerra de los Balcanes han provocado boicots en algunos países y protestas. Sus críticos sostienen que en alguna de sus obras llega a poner en cuestión la masacre de Srebrenica.
Centenares de personas mostraban su descontento en Estocolmo.
"Es algo concreto, además de hablar de ello, también ha escrito de una manera en la que cuestiona el genocidio y los crímenes de guerra que tuvieron lugar durante la guerra en Bosnia", declaraba Teufika Sabanovic, portavoz de los manifestantes.
"Era amigo del régimen de Milosevic y no de los serbios. Estudié en Belgrado, la capital de Serbia. Y viví en Serbia durante 8 años. Así que tengo muchos amigos allí y la mayoría están en contra de dicho régimen, al igual que nosotros", decía Alida Bremer, escritora.
Handke esquiva las preguntas "ignorantes"
Hasta ahora, el escritor austríaco se ha negado a hablar de su apoyo al régimen de Slobodan Milosevic, diciendo que no era el momento de responder a preguntas "ignorantes".