El embajador Myanmar denunció que la resolución aprobada de la ONU tiene como propósito ejercer una presión política injustificada y discriminatoria sobre su país. Más de un millón de rohinyás han tenido que huir de Myanmar debido a los terribles abusos que sufren en completa impunidad.
La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobó este viernes 27 de diciembre una resolución que condena de manera tajante los abusos contra los derechos de los rohinyás en Myanmar.
En respuesta a las múltiples violaciones, torturas, detenciones arbitrarias y asesinatos que sufren esta minoría musulmana.
La resolución pasó con 134 votos a favor, 9 en contra y 28 abstenciones, la cual también le pide al Gobierno de Myanmar que tome medidas urgentes para combartir la incitación al odio contra esta comunidad de refugiados, sobretodo en los estadosde Rakáin, Kachin y Shan donde la situación se ha vuelto insostenible.
El embajador del país en cuestión señaló que la medida de la ONU tiene como propósito ejercer una presión política injustificada y discriminatoria sobre Myanmar. Además argumentó que su aplicación "desajusta de manera flagrante la compleja función del Estado" ante el conflicto que comenzó en 2017.
"En el proyecto no reconoce la situación real sobre el terreno y se niega a apreciar los esfuerzos del Gobierno y del pueblo de Myanma para lograr una solución amplia y duradera a los múltiples desafíos heredados de las administraciones anteriores desde la independencia. El proyecto de resolución, tal como está redactado, sembrará las semillas de desconfianza y creará una mayor polarización entre las diferentes comunidades de la región", sentenció Hau Do Suan, el representante de Myanmar durante su participación en la Asamblea.
El drama de un pueblo errante
El último éxodo comenzó el 25 de agosto de 2017, cuando estalló la violencia en el estado de Rakhine, en Myanmar, obligando a más de 723.000 a buscar protección en el país vecino de Bangladesh. La mayoría llegó en los primeros tres meses de la crisis. Se estima que 12.000 llegaron a Bangladesh durante el primer semestre de 2018. La gran mayoría que llegan al país receptor son mujeres y niños, y más del 40% son menores de 12 años.
Unos 41.000 refugiados viven en áreas consideradas con mayor riesgo de deslizamientos de tierra. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a mediados de agosto de 2018, más de 24.000 de ellos fueron reubicados a áreas más seguras. No obstante, la problemática ha tomado una dimensión abrumadora.