Varios pescadores habituales de la Bahía Voevoda, en la isla de Russky, aparcaron sobre el hielo, algo tan prohibido como frecuente. Unos ruidos, crujidos y de pronto coches casi bajo el agua.
Los pescadores habituales de la Bahía Voevoda, en la isla de Russky, el este ruso conocen la zona metro a metro pero no lo suficiente.
Aparcaron treinta de ellos sobre el hielo, algo tan prohibido como frecuente. Unos ruidos, crujidos y de pronto coches casi bajo el agua con ruedas y capó bajo el hielo quebrado. Esta mañana eran demasiados y el peso hizo el resto.
No hubo víctimas ni heridos. La profundidad llega a los dos metros los dos metros. Habitualmente los pescadores aparcan sobre el hielo, cerca de la orilla sin que tenga conseciuencias. La capa se rompió por exceso de aforo, eran muchos y además muy cerca los unos de los otros.