#JeNeSuisPasUnVirus: Asiáticos en Francia sufren "una epidemia de racismo" por el coronavirus

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Por Vincent Coste
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Los testimonios en redes sociales se hacen eco del hartazgo de la comunidad asiática francesa señalada desde la aparición en China del nuevo coronavirus.

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Esta semana los mensajes acompañados de la palabra #JeNeSuisPasUnVirus inundan las redes sociales. Estos testimonios se hacen eco del "hartazgo" de la comunidad asiática francesa señalada con demasiada frecuencia desde la aparición en China del nuevo coronavirus. Los mensajes subrayan las situaciones que los asiáticos en Francia -y no sólo los de origen chino- experimentan en su día a día.

Linh-Lan Dao, periodista de la televisón pública francesa, denunciaba la situación en redes sociales. Comentaba que insultan a la gente en el transporte público simplemente por el hecho de ser asiático. "No solo son chistes/odio en las redes sociales, la discriminación se produce en la vida real".

En un intento por entender y analizar esta estigmatización, hablamos con el sociólogo tawaiano Ya-Han Chuang, investigador del Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED) de París.

"Esta movilización es parte de un movimiento más grande. Los jóvenes asiáticos han sido muy conscientes de la cuestión de los estereotipos y el racismo antiasiático en Francia desde hace por lo menos tres cuartos de siglo. La primera manifestación grande fue en 2016, después de la muerte de Chaolin Zhang en Aubervilliers".

"Hoy en día, hay muchos jóvenes que se movilizan para denunciar los estereotipos y clichés que aseguran que los chinos son discretos, incluso frágiles, y ricos. Desde la explosión del nuevo coronavirus, han aparecido reacciones antiasiáticas y antichinas en los medios de comunicación franceses, así como en los internacionales, en Canadá, Inglaterra, etc. Y frente a esto, los jóvenes han compartido sus experiencias y expresado su ira en las redes sociales".

"El miedo al coronavirus es completamente irracional. La "Alerta Amarilla" o "virus chino" evoca una imagen como si todos los asiáticos fueran necesariamente portadores del virus. Pero para una persona asiática que vive en Francia y que nunca ha estado en Asia o China, o que no ha estado allí en los últimos tres meses, no tiene más probabilidades de infectarse que alguien de otro país.

El sociólogo señala tres razones por las que la comunidad asiática ha sido objeto de burlas en Francia.

"La primera es que, desde hace mucho tiempo, los asiáticos han sido vistos como una minoría modelo, una minoría que trabaja duro y tiene más éxito. Y esta comunidad está a menudo vinculada a una imagen silenciosa y dócil."

"En segundo lugar, en Francia también hay gente de la antigua Indochina: Vietnam, Camboya, Laos. Estas son migraciones post-coloniales de las antiguas colonias francesas. Pero en comparación con los países del Magreb, había mucha menos resistencia a la colonización francesa. En Argelia, esta resistencia era mucho más "sangrienta". Muchos refugiados indochinos de primera generación tenían una actitud bastante agradecida hacia el régimen francés. Esto, de alguna manera, ha suavizado las relaciones de dominación entre la sociedad francesa en su conjunto y estas poblaciones de refugiados. Durante mucho tiempo, se consideró que esta población no se imponía y nunca se enfadaba, ni protestaba".

"En tercer lugar, la imagen de China sigue siendo muy paradójica. Simboliza una potencia económica y al mismo tiempo un país autoritario y un régimen alejado de la práctica democrática que existe en Francia. También sigue siendo un país con una historia económica muy reciente. Y regularmente el término "peligro amarillo" se reactiva con palabras clave relacionadas con el comercio, como los productos "Made in China", lo que da lugar a una verdadera sinofobia".

El sociólogo asegura que para combatir el racismo, debemos seguir denunciando las declaraciones estigmatizantes en los medios de comunicación o en los políticos, en el caso de que los haya. En el día a día, hay que aprender a responder cada vez con rectitud y humor. También es necesario el trabajo educativo en las escuelas e instituciones públicas.

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