La aprobación en el Congreso de la regulación de la asistencia para morir tiene detractores y defensores entre los profesionales, aunque en las encuestas estos últimos son una gran mayoría.
PUBLICIDADEn el sector médico, la decisión del Congreso de regular la eutanasia suscita un profundo debate. Según la Proposición de Ley Orgánica, es un facultativo el que debe dar el paso definitivo en el final de la vida de un paciente. La asociación Derecho a Morir Dignamente lleva años luchando por equiparar la legislación a la de países como Holanda o Bélgica. Su portavoz y médica especialista en medicina preventiva, Cristina Castells, tiene clara que su profesión “está orientada a cuidar a los pacientes y, por tanto. a evitarles un sufrimiento insoportable”.
A pesar de que la eutanasia sea “el ultimo derecho civil que nos queda a los ciudadanos del siglo XXI, Castells es favorable a establecer una legislación estricta que principalmente debe atender dos preceptos: “que la persona sea competente, con una verificación obligatoria”, algo que impediría, por ejemplo, que alguien con una depresión profunda pudiera dar un paso sin retorno, y que también se garantice “que la persona lo hace de forma libre”, es decir, sin ningún tipo de coacción.
"Sin recursos suficentes para atender a los enfermos"
A pesar de que las creencias religiosas son uno de las principales razones contra la muerte asistida, Álvaro Gandara, Coordinador Médico de la Unidad de Cuidados Paliativos de la fundación Jiménez Díaz, no cree que deba entrar en el debate. Sostiene que no se ponen todos los medios necesarios y que, por ejemplo, en Madrid hay residencias públicas suficientes para atender a los enfermos.
Gandara teme que se produzca el efecto de “pendiente deslizante”, es decir, que una vez exista la legislación, aumenten los casos y posibilidades, algo que ocurrió en Holanda hasta 2018, donde hubo un descenso respecto al año anterior. Con todos los recursos posibles sobre la mesa, “las peticiones disminuirían o serían casos excepcionales que dependerían de un juez y para los que no sería necesaria una legislación”. El facultativo subraya que por su unidad de cuidados paliativos “pasan 1.200 pacientes al año y ninguno quiere morir”.
Las consultas a los profesionales
Las encuestas realizadas en el sector, no obstante, arrojan datos irrefutables. La última fue la del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM), en la que de un total de 1044 profesionales, casi el 70% consideraban que era necesario regular la eutanasia. Las dos razones más importantes que consideraban que llevaban a una persona acabar con su vida eran “sentir un dolor físico insoportable” y “perder la autonomía física completa y la libertad como persona”.
Previamente existieron consultas de los Colegio de Médicos de Bizkaia , Tarragona y Las Palmas, siendo la de la provincia catalana la que mostraba un apoyo más contundente a la eutanasia, un 91%, con el 15%, eso sí, expresando tener alguna duda. El doctor Miguel Ángel Sánchez Chillón subrayó que con esas cuatro encuestas, habían dado su veredicto “el 24% de la colegiación médica de España” que cuenta con algo más de 46.000 profesionales.