Sanitarios y sindicatos denuncian un desastre con pacientes hacinados, escasez de recursos y más riesgo de contagio que de curación.
Este es el recinto ferial de IFEMA, en el noreste de Madrid, convertido en hospital de campaña contra el coronavirus.
El hospital más grande de España, 85.000 metros, con capacidad final de 5.500 camas y 500 de UCI, es un complejo improvisado ante el colapso de los centros sanitarios de Madrid. Un hospital en un triste hangar de hormigón con camas separadas sin biombos, ni intimidad. Sanitarios y sindicatos denuncian un desastre con pacientes hacinados, escasez de recursos y más riesgo de contagio que de curación.
"Estamos llegando a los 800 pacientes ingresados. Actualmente ya tenemos los dos pabellones más grandes, el 7 y el 9 absolutamente operativos y esperando a que posiblemente mañana instalemos las camas de UCI, que es lo que nos falta para poder terminar, ya esté confeccionado tal como se había diseñado apenas hace una semana. Hasta ahora había habido problemas primero de montaje con las instalaciones, porque no había materiales para poderlas finalizar y posteriormente también de suministros", explica Fernando Pérez, coordinador general de este hospital provisional de IFEMA en el que deben trabajar unos 400 médicos y 400 enfermeras.
Médicos, enfermeras, celadores denuncian las condiciones de trabajo y unos vestuarios que incumplen todas las medidas de seguridad para evitar contagios. Otros profesionales, además del material reglamentario que se les está entregando, deciden cubrirse con batas, gorros y calzas de bolsas de plástico. Con apenas una semana funcionando y aún con sus muchos problemas, en el Hospital de IFEMA siguen luchando contra el coronavirus: llevan 1.110 ingresos acumulados y 485 altas y esperan en las próximas semanas tener todo más controlado.