Los diferentes países han puesto en marcha planes de desconfinamiento, sin bajar la guardia. El Reino Unido diseña aún el suyo, que tiene previsto presentar el lunes.
Los británicos sabrán este domingo cómo será su vida las próximas semanas. Es cuando el primer ministro, Boris Johnson, anunciará su hoja de ruta para el desconfinamiento. Las restricciones podrían suavizarse a partir del próximo lunes, pese a que el Reino Unido se ha convertido en el país de Europa con más muertos por COVID-19 y en el segundo del mundo.
"No tengo ninguna duda de que lo que la gente de este país quiere que hagamos ahora es contener esta enfermedad, seguir conteniendo esta enfermedad y comenzar el trabajo de recuperar la economía de nuestro país", decía Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, en su regreso a la Cámara de los Comunes tras recuperarse de la COVID-19.
El "freno de emergecia" de Alemania
En ello está Alemania. El país, que ha registrado menos de 7.000 muertos en la pandemia, tiene previsto reabrir los comercios y las escuelas a partir de la semana que viene. También vuelve este mes la Bundesliga.
La canciller alemana ha dicho que "si ocurriera algo en algún lugar, si las infecciones aumentaran", cuentan con un mecanismo, "un freno de emergecia". "Además, no todo un país, por así decirlo, debe ponerse en riesgo nuevamente, sino regiones individuales", ha señalado.
Rusia, desconfinamiento en tres fases
Con 1.500 muertos y 165.000 positivos confirmados, Rusia se prepara para una desescalada en tres fases. El plan, presentado por el presidente Vladímir Putin, incluye reabrir todas las plantas industriales y los sitios de construcción en Moscú a partir de la próxima semana.
España, con cautela
España, por su parte, no quiere apresurarse y acaba de extender, por cuarta vez, el estado de alarma, hasta el 24 mayo. El desconfinamiento, que comenzó el lunes, tendrá cuatro fases y será diferente dependiendo de la evolución de cada territorio.
Suecia, el país que no se confinó
En Suecia, donde todo ha permanecido abierto, se han registrado menos de 3.000 muertos, casi un tercio menos de los fallecidos en Bélgica con una población similar. El Gobierno instó a los suecos a respetar el distanciamiento social y a teletrabajar. Solo prohibió las reuniones de más de 50 personas y las visitas a las residencias de ancianos.