Cuba dice adiós a "los últimos de Bacuranao"

Se acabó el "espléndido" aislamiento. Decenas de turistas que han pasado meses "atrapados" en un complejo turístico de las afueras de La Habana vuelven a casa mientras la isla se prepara para reabrir sus fronteras al turismo, un pilar fundamental de la economía cubana. Entre quienes se van hay ciudadanos chinos, italianos, argentinos y rusos. A muchos les espera un país en pleno pico de la pandemia:
"Es un gran problema, volvemos a un mal lugar. En América Latina la epidemia es muy alta y en Rusia también. En este momento, los turistas cubanos se mezclan con los de Argentina y los demás. La situación es muy peligrosa", comenta el ingeniero de programas ruso Igor Tretyakov.
Desde que se cerraron las fronteras, todos estos turistas han estado alojados por el Gobierno cubano en el complejo de Bacuranao, donde han pagado precios reducidos. Algunos, todavía no se han marchado y ya lo echan de menos:
"No es una tragedia, porque la tragedia es mundial, pero aquí, en Bacuranao, yo me siento bien", se lamentaba Giorgio Chisci, turista italiano.
Razones no le faltan. El calor aprieta en en Europa y no todos los países han reabierto sus playas aún. Cuba recibió a 4,5 millones de turistas el año pasado. El sector genera un tercio de los ingresos anuales del país, divisas anheladas más que nunca debido al endurecimiento de las sanciones estadounidenses. Se espera que la isla reabra sus puertas al turismo a partir del mes de julio.