El Catedrático de la Universidad de Granada explica a Euronews qué sería necesario para que Juan Carlos I pudiera ser juzgado en España, así como los detalles de su inviolabilidad ante la justicia.
Independientemente del paradero del rey emérito, una de las cuestiones que más preocupa tanto a autoridades como a la opinion pública sobre la marcha de Juan Carlos I tiene que ver con lo referente a su famosa inviolabilidad. Agustín Ruíz Robledo, Catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Granada, explica en Euronews lo que tendría que pasar para que Don Juan Carlos, protegido por la Constitución hasta el momento de su abdicación, pudiera ser juzgado en España de alguno de sus presuntos delitos.
"Nosotros podemos distinguir entre el rey como jefe de Estado y el rey como persona privada", explica Ruiz Robledo. "La inviolabilidad, según viene siendo interpretada por los tribunales en España, se proyecta sobre esas dos esferas. Así que para que el rey pudiera ser juzgado por lo que sabemos, sería necesario que los tribunales cambiaran su interpretación y dijeran que el rey solamente es inviolable en su esfera pública, pero que sí se le puede juzgar por sus actos privados".
Lee: Ascenso y caída del rey Juan Carlos I
Sin saber aún si la justicia española puede o no llevar a cabo esos cambios, la otra cuestión clave a aclarar es si esa inviolabilidad del rey emérito es extensible a suelo extranjero y hasta qué punto de igual manera que en españa. Ruíz Robledo lo aclara:
"Sí que hay un derecho internacional y hay una jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia que dice que los jefes de Estado tienen inmunidad en cuanto a jefes de Estado", matiza el entrevistado. "Según el derecho internacional la inviolabilidad del rey sería estricta, sería solamente por sus actos cometidos como jefe de Estado, por lo que en Suiza se le podría juzgar por aquellos actos privados cometidos en 2011 y 2012, siempre y cuando estos no hayan prescrito".
A la espera de aclarar todos estos puntos y de que lleguen finalmente las acusaciones formales, Juan Carlos I hace ya frente a un juicio igual de complicado: el juicio público.